En el 2011, tras la muerte de su padre, Kim Jong-un asumió el cargo de comandante supremo de Corea del Norte con apenas 31 años. Sin embargo, muy poca gente sabe que durante su adolescencia, entre 1998 y el año 2000, Jong-un asistió a un colegio suizo en la ciudad de Berna. Hasta ahora ninguna foto embarazosa del líder se ha filtrado a los medios, pero existen algunas confesiones de sus antiguos compañeros que revelan sus peculiaridades, como las de cualquier otro ser humano.
1- Usó un nombre falso.
Para evitar que se le identificara como el descendiente del antiguo líder de Corea del Norte, Kim Jong-un se hizo llamar Pak Un al ingresar al colegio Liebefeld Steinhölzli Schule. Además, tuvo la precaución de explicar que era hijo de un empleado en la embajada norcoreana en Suiza. Curiosamente, sus supuestos padres jamás se presentaron a las reuniones en la institución.
2 – Era antisocial y disfrutaba viendo películas de acción.
A uno de los líderes más temidos en la actualidad, sus compañeros llegaron a describirlo como una persona retraída durante su estancia en Suiza, un adolescente que evitaba todo tipo de eventos sociales, principalmente si eran frecuentados por damas. Cuando no estaba viendo películas de acción, Jong-un se distraía Jugando PlayStation.
3 – Amaba sus tenis Jordan.
Durante la adolescencia, Jong-un disfrutaba del baloncesto y se decía fanático de los Chicago Bulls, de los Estados Unidos, al punto que su habitación estaba repleta con merchandising del equipo. Además, vivía enamorado de sus tenis Nike Air Jordan, calzado que recibía el nombre de Michael Jordan, en esa época el mayor ídolo de los Bulls. Dicen que los llevaba siempre puestos.
4 – Reveló su secreto a algunas personas.
Una reducida cantidad de personas sabía su verdadera identidad, pero según la versión de un hombre portugués llamado João Micaelo, Jong-un le habría confesado que era hijo del líder supremo norcoreano. Evidentemente, João no tomó muy en serio la declaración de su compañero en la época.
5 – Tenía un equipo de sirvientes a su disposición.
Jong-un solía presentarse en el colegio rodeado de asistentes, supervisores y escoltas, algo que muchos de sus compañeros veían como “un asunto coreano”, aunque les parecía algo extraño que tuviera tanta gente a su disposición.
6 – No era un buen alumno
Dado que no hablaba bien el alemán, Kim Jong-un tenía muchos problemas de aprendizaje en el colegio. Era dos años mayor que sus compañeros, pero apenas y podía seguirles el ritmo en los estudios. En su primer año, el actual dictador habría faltado 75 días a clase, durante su segundo año llegó a acumular 105 ausencias, terminando el ciclo escolar con las mínimas calificaciones aprobatorias.
7 – Lo irritaban las comidas frías.
João Micaelo solía frecuentar la casa de Jong-un en la embajada norcoreana en Berna y contó que jamás llegó a ver un indicio de ira en el actual dictador hasta el día en que sus empleados sirvieron un platillo de macarrones fríos. De acuerdo con la versión del portugués, Jong-un fue bastante severo al reprender a sus sirvientes.
8 – Le encantaba el queso suizo.
Supuestamente, Jong-un llegó a aumentar 40 kilogramos de peso durante los dos años que vivió en Suiza, principalmente por su encanto con los quesos del lugar. El emmental fue su preferido, al punto que ordenó a sus cocineros particulares estudiar en escuelas francesas de gastronomía para que aprendieran a fabricarlo en Corea del Norte.
9 – Kim Jong-un desapareció.
Cuando todavía restaba un año para que culminara sus estudios en Suiza, en el año 2000 Jong-un desapareció sin previo aviso. Probablemente regresó a Corea del Norte, aunque sus compañeros jamás supieron los motivos que lo llevaron a dejar la escuela. Su antiguo compañero Nikola Kovacevic cuenta que pensaron se había enfermado.
Fuente: https://difundir.org –