En un mundo que cada vez está más mediatizado, el aprender -y manejar- al menos un idioma, surge como un elemento distintivo que no sólo incrementa las posibilidades de conseguir un trabajo, sino también abre los horizontes de equipos multidisciplinarios con redes internacionales, lo que sin duda expande las fronteras del desarrollo continuo, y permite desenvolverse con toda propiedad en la aldea global.
Además, estudios demuestran que puede ser efectivo en la prevención de condiciones como la demencia senil.
La académica Paulina Tapia, directora de la carrera de Pedagogía Media en Inglés de la sede Valdivia de la Universidad San Sebastián, sostiene que “aprender un idioma extranjero aumenta el poder del cerebro, pues una lengua extranjera es un sistema completamente nuevo con reglas, etimología y significados distintos. Todo eso constituye solo algunas de las complejidades del aprendizaje que un nuevo idioma pone como desafío al cerebro, al tratar de reconocer esta nueva estructura de lenguaje”.
Agrega que un estudio realizado en España demostró que los políglotas o personas multilingües tienen una mente alerta y aguda, ya que detectan fácilmente cualquier cosa que sea irrelevante o engañosa. El estudio se realizó comparando sujetos multilingües y monolingües, y el primero tenía una ventaja notable.
“La disciplina que desarrollaron al estudiar un tema desconocido los ha moldeado para ser más perceptivos. Así, aprenden a ser pensadores críticos”.
Pero, ¿es el inglés la única posibilidad? Aunque es llamado “el idioma universal”, por su profuso uso en los negocios, el turismo y el mundo académico y la gran cantidad de personas que lo habla en los cinco continentes, no es la única alternativa de desarrollo.
Como indica la docente, quien tiene un magíster en enseñanza del Inglés como segunda lengua, “el mandarín es uno de los cinco principales dialectos chinos y el idioma oficial de China y Taiwán”. Considerando la población de ambas naciones, cuenta con el segundo mayor número de personas que lo hablan en todo el mundo.
“Dado que China es la segunda economía más grande del mundo, el chino ha sido catalogado como el único idioma más importante para los negocios, excluyendo el inglés. Poseer habilidades del idioma mandarín no solo abrirá puertas en toda Asia, sino que el chino es realmente necesario para más trabajos que cualquier otro idioma extranjero“.
La académica también resalta que “Alemania constituye la mayor economía de Europa y el alemán es el idioma oficial de dos naciones europeas muy potentes en lo económico, por lo tanto, es una excelente mejor opción para aquellos que entran en el mundo del comercio internacional, sin olvidar la reputación de larga data que la influencia científica y tecnológica tiene en los países de habla alemana”.
Evitar la demencia senil: la clave es el permanente aprendizaje
¿Cómo se puede aprender idiomas en forma fácil y rápida? Paulina Tapia puntualiza que “según expertos, es importante enfocarse en recordar y aprender los sonidos. Utilizar la técnica de “repetición espaciada” ayuda a memorizar mejor las palabras nuevas”. Esta técnica consiste en revisar cada palabra y frase que ha aprendido dentro de ciertos intervalos espaciados; programar sesiones de aprendizaje antes de acostarse es importante, porque “una de las grandes ventajas del sueño es que nos permite limpiar nuestra memoria activa de funcionamiento, aumentando así nuestra capacidad de aprendizaje“, señala.
“Otro punto es estudiar el contenido, no el idioma. Según un estudio publicado en el Cambridge Journal, se descubrió que quienes estudiaron temas de su interés en el idioma objetivo, en lugar de asistir a una clase general de lenguaje, se desempeñaron mejor en las pruebas de audición y estaban más motivados para aprender”, señala la académica.
En ese sentido, plantea que no hay una “mejor edad” para aprender idiomas. “Para algunos, los beneficios cognoscitivos y mentales del aprendizaje de una lengua extranjera son instantáneamente evidentes, y aunque es mejor introducirlo en la edad más temprana posible, aprenderlo en una edad más tardía es todavía mucho más útil, pues retrasa la demencia senil y las enfermedades relacionadas”.
“Cualquier edad es el momento adecuado para comenzar. Cuando se es joven es un momento ideal para comenzar porque hay muchos años para beneficiarse de los idiomas que se aprenden; la edad mediana es un buen tiempo también, porque está más seguro de saber lo que quiere; mientras que la jubilación es la edad de oro del aprendizaje de idiomas porque hay más tiempo para aprender y para disfrutar de los nuevos conocimientos”, concluye.
Fuente: BioBioChile.cl