No hay límites a la hora de sobrevivir, o al menos así parecen entenderlo los italianos. Por eso, recurrieron a una acción más que llamativa, para algunos seguro desesperada, para evitar la extinción de un pueblo que está al borde del vacío: Bormida. Perdido en la altura de las montañas italianas, sus autoridades lanzaron una campaña algo insólita para llenar sus calles.
¿Qué es lo que propusieron? Pagar a todo aquel que se mude al lugar la cifra de 2,000 euros (aproximadamente, $2,177). La población de esta localidad situada a 420 metros del nivel del mar en el noreste de la región de Liguria se reduce a pasos agigantados; en la actualidad residen menos de 400 personas en sus 23 kilómetros cuadrados.
Indica el periódico Eldiariony.com que con el fin de evitar que Bormida termine siendo un pueblo fantasma, la recompensa tiene como objetivo atraer a la población joven, que por razones laborales, culturales y académicas fue migrando hacia las grandes ciudades de la región, como Savona o Génova.
Además de esa cifra, el pueblo ofrece un costo de vida muy reducido en comparación con las localidades vecinas. Según informó la publicación británica The Guardian, el alquiler de una casa pequeña cuesta alrededor de 50 euros al mes y el de una más amplia, 120.
El alcalde Daniele Galliano declaró que aún se encuentran delineando este plan de acción pero que “todo el mundo será bienvenido”. Sin embargo, ante la pregunta acerca de cuáles son las opciones laborales ofrecidas por el pueblo, el empresario gastronómico Oddone Giuseppe dijo: “No hay mucho para hacer acá. Pero la vida es simple y natural, tenemos bosques, cabras, la iglesia y mucha buena comida. Una vida sin estrés es lo que prometemos”.
Dicho así, la oferta parece más que tentadora.