La superestrella de los Cleveland Cavaliers, LeBron James, dijo el jueves estar «fatigado» del eterno debate que intenta definir quién es el mejor jugador en la historia de la NBA, si él o Michael Jordan.
James puede llegar a convertirse en el mayor anotador de los playoffs cuando este jueves su equipo se enfrente a Boston en el quinto juego de la final de la Conferencia Este.
LeBron tiene que anotar 28 puntos para superar al legendario Michael Jordan, autor de 5.987 puntos en las postemporadas durante su carrera .
«Es un objetivo personal, pero no tiene nada que ver con el deseo de superar el número de títulos, el número de puntos obtenidos, el número de trofeo al Mejor Jugador, es sólo un objetivo para seguir estando motivado», dijo James después del entrenamiento en la mañana de este jueves.
«Ustedes, periodistas, hablarán sobre quién es el mejor jugador en la historia, pero no es algo que me importe», acotó James.
El astro de Cleveland se quejó de que «el debate sobre el mejor jugador en la historia sólo es únicamente en la NBA», mientras en la NFL no hay esas discusiones, pese a la existencia de grandes mariscales de campo como Dan Marino, Jhon Elway, Payton Manning y Tom Brady, todos son grandes mariscales de campo, y así debe ser para nosotros», apuntó.
«Cuando entramos a la cancha sólo queremos ser el mejor cada noche. Tratar de comparar jugadores activos con los jugadores que no juegan, creo que es muy cómodo cuando está en la peluquería, pero lo que trato de hacer es dejar mi marca en la historia del baloncesto y dejar un legado que inspire a la próxima generación de niños», insistió.
A los 32 años, James espera jugar su séptima final consecutiva de la NBA y la octavo de su carrera en la NBA, que comenzó en 2003.
Tiene en su haber tres títulos de la NBA y cuatro trofeos de mejor jugador (MVP).
Jordan ganó seis títulos de la NBA y cinco trofeos de MVP en la década de 1990 con los Chicago Bulls. Es el cuarto mejor anotador con 32.292 puntos, en tanto James marcha en séptimo lugar de la clasificación con 28.787 tantos.
Sin embargo, James había indicado en el verano boreal de 2015 que estaba «persiguiendo un fantasma, un fantasma que jugó en Chicago», sin nombrar a Jordan.
Su empeño, y su admiración, quedó al descubierto cuando al llegar a la NBA adoptó el famoso número 23 que tenía Jordan.