Muchos de los consejos que hoy se nos siguen presentando para ser felicesno son novedosos, sino que provienen de la sabiduría antigua.

Una sabiduría que parece que ha quedado relegada a épocas posteriores pero que, curiosamente, seguimos teniendo que traer al mundo actual, porque no hemos sabido interiorizar todo lo que nos quiere transmitir.



En nuestro espacio te vamos a descubrir 3 secretos de la sabiduría antigua que será muy importante que pongamos en práctica desde hoy mismo.

Y es que, si los sabios los llevaban a cabo, sería por algo, ¿no?



1. Controla solo lo que puedas controlar e ignora el resto

El primero de los secretos de la sabiduría antigua es muy importante, ya que ¿cuántas veces deseamos controlar cosas que no están en nuestra mano?

Ante un problema que nos asole, una preocupación que nos mantenga en vilo, es necesario que nos preguntemos si podemos hacer algo al respecto.

Ya lo decían los estoicos: “¿Puedo hacer algo ante este problema? Si puedo, entonces me pondré en acción; si no puedo hacer nada, entonces lo aceptaré”.

No obstante, no actuamos nunca de esta manera tan sabia. Chocamos una y otra vez contra la misma pared, desgastándonos, minando nuestra autoestima y volviéndonos ansiosos.

No siempre podemos controlarlo todo, porque hay cosas que pasan porque sí, y eso está bien. Asumir esto nos librará de una pesada carga, pues a veces queremos hacernos responsables de cosas que no podemos.

Esto, en ocasiones, es fruto de algún miedo, de inseguridades o de cualquier otro problema que nos impide dejar ir.

Permitámonos fluir, aceptar y no obcecarnos tanto por aquello que sabemos que no podemos controlar. Lo mejor surge cuando aprendemos a soltar ese control.

2. Acepta y deja de negar

Aceptar es una de las cosas más difíciles de nuestra vida, porque esto a veces implica dejar de adoptar el rol de víctimas.

Cuando no aceptamos una enfermedad, una situación o un periodo de nuestra vida que no va del todo bien, empezamos a negar lo que sucede y a rebelarnos contra ello.

Esta situación es tan absurda como ver que está lloviendo y negarlo o rebelarnos contra ello sin parar. ¿Ganamos algo? ¿Podemos cambiar la situación? La respuesta es un “no” rotundo, donde nuestra única opción es aceptar lo que está sucediendo.

¿Por qué ocurre esta negación ante la realidad? A causa de nuestras expectativas, de lo que consideramos buena suerte y mala suerte…

Todo esto nos lleva al sufrimiento y a poner en práctica una resistencia que será inútil. No somos víctimas, el mundo no está en nuestra contra. Las cosas suceden porque sí.

Aceptemos lo que no está en nuestras manos poder cambiar. Hacer lo contrario, según los estoicos, es desperdiciar una gran parte de nuestra energía.

3. El responsable de tu vida eres tú

El tercero de los secretos de la sabiduría antigua es muy importante para así eliminar la culpa de nuestra vida.

Tendemos a culpabilizar a nuestros padres de lo mal que se portaron con nosotros, no obstante, ahora ¡ya somos adultos!

Como ya decía Séneca: “Decimos que no elegimos a nuestros padres, que nos fueron dados por casualidad, pero podemos elegir qué hijos queremos ser“.

Mirar hacia atrás y lamentarnos por todo lo ocurrido no nos aportará nada bueno. Es una manera de excusar nuestra pasividad para hacer algo ante todas las dificultades que en el momento actual no están asolando.

No obstante, somos adultos, tenemos el poder de recorrer un sendero diferente al que trazaron nuestros progenitores. Ahora somos nosotros los responsables de nuestras vida, nadie más, informó mejorconsalud.

¿Qué es lo que queremos hacer?

Hoy es el día de empezar a soltar el control de aquello ante lo que no podemos hacer nada, de aceptar las situaciones tal y como se presenten y de empezar a tomar el timón de nuestras vidas.