La vida cada vez es más rápida, en eso estamos de acuerdo. Esto conlleva a que vayamos a la cama tarde, descansemos menos y comamos apurados.
Por eso es que la utilización del microondas crece exponencialmente conforme pasa el tiempo. Y es que todos queremos que el delicioso plato que guardamos en la mañana, al salir de casa, esté caliente en un par de segundos porque tenemos hambre o no hay tiempo de entibiar a fuego.
Pero hay alimentos que, al meterlos al microondas, podrían causarte graves daños en tu aparato digestivo. Así lo explica el medio digital sobre salud, MensHealth, el que evidenció cuáles son, y sus razones.
Arroz y tallarines:
A pesar de ser los clásicos de la comida recalentada, los especialistas recomiendan no entibiarlos en el microondas.
La Food Safety Authority (FSA) de Irlanda, que vigila los elementos sanitarios en la comida, aseguró en un informe que las bacterias que contienen, como el bacillus cereus, podrían producir esporas tóxicas y resistentes a cualquier tipo de ambiente.
Dolores, vómitos y malestares estomacales son algunas de las consecuencias que, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (NIH, por su nombre en inglés) podrías sufrir al no hacer caso a los especialistas.
Además, recomiendan no consumirlo luego de 24 horas de preparado. Aún así, si te quedó comida en la olla, puedes refrigerarlo por, solo, un par de horas.
Pollo:
Existe el convencimiento de que el calor es el mejor método para matar todo tipo de bacterias y microbios. Pero con el pollo no es tan así.
Según los entendidos, este alimento podría contener salmonella, un microorganismo que, de acuerdo a la NIH, provoca fiebre, diarrea, vómitos y dolor de cabeza.
Por lo anterior, aconsejan cocerlo equitativamente y no en un microondas, puesto que el artefacto cocina los alimentos por lados, por lo que una parte podría quedar más preparada que otra.
De todas formas, para saber que no hay peligro, hay que revisar que toda la carne del pollo esté blanca.
Huevo (y todo lo que lo contenga):
Los estudiosos afirmaron que hay que tener ojo con el huevo y todos los alimentos que lo contienen: sopas, pizza y tortillas, por ejemplo.
Aseguraron, además, que los riesgos con el huevo son altos. Comerlo tras recalentarlo en el microondas, aumenta las bacterias, como la salmonella, que este contiene.
Asimismo, es necesario saber que el huevo no puede quedar al aire libre por mucho tiempo, por lo que debe ser consumido directamente luego de haberlo cocinado.
Mariscos y pescados:
Estos sí son alimentos extremadamente delicados. Al igual que el huevo, lo mejor que se puede hacer es consumirlo solo luego de haberlos cocinado por primera vez.
No solo por el riesgo de intoxicaciones estomacales con los mariscos, sino que porque el pescado, al ser recalentado en el microondas, pierde todas sus propiedades.
Sí. Todos sus nutrientes y vitaminas desaparecen.
Así lo explicaron las doctoras Odile Fernández, autora de Alimentación anticáncer, Montse Bradford y la bioquímica Olga Cuevas, al medio sobre salud, El confidencial. “Algunos alimentos procesados en el microondas pueden perder hasta un 75% de algunos nutrientes como los antioxidantes”, dijeron.
Asimismo, explicaron que las ondas microondas hacen vibrar las moléculas de agua en los alimentos, lo que motiva una fricción que genera calor internamente, alterando la estructura química.
Papas:
Las papas o “patatas” son un alimento con el que hay que tener especial cuidado, pues son un caldo de cultivo para las bacterias bacilo, que producen, en algunos casos, el botulismo en los humanos.
Cólicos abdominales, vómitos, visión doble, insuficiencia respiratoria e, incluso, parálisis corporal, son algunos de los síntomas de acuerdo a la NIH.
Esta toxina surge, generalmente, en las papas mal conservadas o mal enlatadas.
Por otro lado, los especialistas aseguran que al recalentarlas en un microondas las bacterias no mueren. Lo que se puede hacer es conservarlas siempre en frío o, por enésima vez, consumirlas luego de cocinarlas.
Espinacas:
Comer vegetales es sano… en circunstancias normales.
Todo el hierro, el calcio y el potasio que contienen entregan una serie de beneficios a nuestro cuerpo que, otros alimentos, no.
Según los entendidos, el problema es que este alimento contiene grandes cantidades de nitrato. Al ser cocinado por primera vez no existe ninguna complicación, pero tras recalentarlo en el microonda, este compuesto presenta variaciones y podría convertirse en nitrosaminas, una mezcla con las aminas de las proteínas.
Según la tesis de doctorado de Paula Jakszyn, de la Universidad de Pompeu, estos compuestos podrían producir cáncer. “Los estudios en laboratorio sustentan a la existencia procesos biológicos plausibles que relacionan la exposición a nitrosaminas con el riesgo de cáncer. Por lo tanto, el panel concluye que las nitrosaminas incrementarían el riesgo de cáncer gástrico(…)”, escribió.