Santo Domingo. El ejercicio periodístico siempre presenta riesgos, como toda actividad profesional a la que nos enfrentamos los seres humanos, pero hay una línea bien clara entre informar y atropellar.
Si bien es cierto que el periodista debe escudriñar, indagar y profundizar en el área en que se desarrolla, hay que tomar en cuenta que la familia es sagrada, que jugar con la honra de una persona es afectar el seno familiar del individuo que se ataca.
Es verdad que Salvador Holguín no dijo textualmente que Lucía Medina estaba sosteniendo una relación sentimental con el actual director de la Policía Nacional, y que por tal motivo supuestamente había sido designando en este puesto, pero de algún modo u otro dio crédito a las palabras de un comunicador que sí lo afirmó desde un programa en Estados Unidos, y sobre esa base hizo varios programas haciendo énfasis en el supuesto vinculo amoroso.
Yomaira, estuvo a punto de perder su matrimonio y en un momento desde que se inició el juicio por difamación, se buscó la manera para que se pudiera conciliar, pero en ese momento Salvador salió a pavonear ante la prensa, indicando que ya ella había abandonado, entonces los abogados de la afectada le pidieron continuar con el litigio.
Eso pudo resolverse con una disculpa sincera, sin tener que arrodillarse, él lo hizo, pero no con el rigor que debía, admitiendo parte de su responsabilidad en esta situación que enloda la reputación de una dama.
No se puede ser tan ligero, querer ser el más agresivo no hace otra cosa que sumar errores que a la larga se pagan con dinero, la cárcel y en ocasiones la muerte, porque desgraciadamente a eso se expone quien toca tantos intereses.
En este caso son 7 millones de pesos los que tendrá que buscar para resarcir el daño causado a Yomaira Medina. Ya él dijo que va a apelar la decisión de la jueza, alegando que la representante del poder judicial tenía mucha presión y por tal motivo falló en su contra.