Hoy, un cubano puede viajar al exterior con menos restricciones, tener su negocio y ver flameando la bandera oficial de Estados Unidos en La Habana. En once años, Raúl Castro logró una transformación silenciosa de la Cuba que recibió de su hermano Fidel.
La isla es otra desde que Raúl, el discreto general del Ejército, sucedió a Fidel Castro en 2006 al frente del gobierno, debido a una crisis de salud. El «Comandante en Jefe» falleció en noviembre último, y los cubanos aprendieron también a vivir sin Fidel, después de medio siglo.
Ahora aprenderán a vivir sin Raúl como presidente, su mandato termina en febrero de 2018. El miércoles asistirá a su última celebración como mandatario del 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional.
Raúl, de 86 años, emprendió reformas de alto impacto que se inscriben en lo que llama una actualización del modelo socialista. A continuación algunas de las más importantes:
– Deshielo –
El capítulo más espectacular de la era de Raúl se escribió el 17 de diciembre de 2014. Entonces anunció por televisión a los cubanos -mientras Barack Obama lo hacía a los estadounidenses- el acercamiento con el enemigo de la Guerra Fría. El 20 de julio de 2015, tras más de medio siglo, los dos países reanudaron relaciones diplomáticas, y en marzo de 2016 Raúl recibió a Obama en el Palacio de la Revolución. El proceso de normalización de relaciones sufrió un retroceso con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, partidario de una línea mas dura.
– Migración –
En 2013 Raúl Castro eliminó costosos y enrevesados requisitos de viaje, y autorizó a los cubanos a permanecer fuera de la isla hasta por dos años -siempre que lo hagan de forma legal-, sin perder sus bienes o residencia. La reforma facilita las visitas y repatriación de quienes migraron. De enero de 2013 a diciembre de 2016, más de 670.000 cubanos hicieron más de un millón de viajes particulares a otros países. Sólo en 2016 se repatriaron 14.000 cubanos.
– Trabajo privado –
Castro amplió y flexibilizó el trabajo privado. Más de medio millón de cubanos se desempeña actualmente por cuenta propia, el 10% de una fuerza laboral de cinco millones. Al mismo tiempo el gobierno estudia la legalización de pequeñas y medianas empresas privadas, eliminadas en 1968.
– Límites del mandato –
Tras 48 años de gobierno de Fidel, Raúl y el Partido Comunista de Cuba (PCC) limitaron a diez años (dos mandatos de cinco) la permanencia en un cargo. Raúl ya anunció que dejará el poder en 2018.
– Inversión extranjera-
El gobierno de Castro reformó una ley para dar más incentivos a los inversionistas e inauguró el megapuerto del Mariel (45 km al oeste de La Habana), una zona franca llamada a convertirse en el principal polo industrial de Cuba. Sin embargo, el promedio anual de inversión extranjera solo alcanzó los 418 millones de dólares desde 2013, muy por debajo de las expectativas de 2.500 millones de dólares al año.
– Deuda externa –
A finales de 2015, Cuba logró renegociar su deuda con 14 países del Club de París, congelada desde los 1980, con una condonación de 8.500 millones de dólares. La isla, que a cambio se comprometió a pagar 2.600 millones de dólares en 18 años, espera con eso acceder a créditos frescos. También reestructuró sus obligaciones con Rusia y México.
– Compraventas –
Raúl autorizó la compraventa de autos y viviendas. Hasta 2014 se registraron compraventas de 80.000 vehículos y de 40.000 viviendas, según autoridades. El todavía incipiente sector inmobiliario ha supuesto un alivio para el déficit habitacional, y contribuido al desarrollo de pequeños negocios.
– Internet –
El gobierno permitió, aunque restringido, el acceso a internet. Hasta junio operaban en el país 370 zonas wifi, 630 salas de navegación y más de tres millones de líneas celulares. De forma experimental, se instalaran 38.000 líneas ADSL a particulares en lo que resta de año. Aun así, el país sigue estando entre los de más baja conectividad en el mundo.