El sudor es una de las tantas formas que tiene el cuerpo de controlar la temperatura interna. Esto, puesto que se evapora agua a través de las glándulas de la piel, principalmente, de aquellas ubicadas en las axilas y en las zonas genitales.
Puede resultar bastante molesto, sobre todo en los días en que el calor es insoportable, pero sudar es un indicio de que el organismo está funcionando de manera correcta.
La especialista de la Universidad de Oklahoma, Barbara J. Holtzclaw, explicó al medio sobre salud Prevention que es el hipotálamo el que envía una señal a las glándulas sudoríparas para que produzcan sudor, apaciguando el calor corporal.
Y si enfriar el cuerpo no es razón suficiente para no odiar la transpiración, a continuación te contaremos tres importantes motivos por los que deberías dejar que tu cuerpo trabaje de forma natural.
1. No todo el sudor es hediondo
Cinco años atrás les contábamos que son las glándulas apocrinas, ubicadas en las axilas, las culpables del mal olor en la transpiración. Por esto, la mayoría del sudor debiese ser completamente inoloro.
El sudor, que se origina cuando hay bastante movimiento, está compuesto sólo de agua y electrolitos y ninguna de ellas tiene un aroma característico. Eso sí, cuando hay interferencia de telas, sí podrían generar algún tipo de hedor.
Las glándulas apocrinas se activan siempre que existan períodos de estrés, ansiedad, miedo e, incluso, excitación. Este tipo de sudor es un poco más grasoso, por lo que atrapa bacterias y origina hediondez.
De todas formas, lo importante entonces es mantenerse relajado, evitar tiempos complicados emocionalmente y poner ojo con lo que se come.
Sí, ya que si eres propenso al mal olor, tienes que intentar eliminar el azúcar refinada, la harina blanca, los aceites hidrogenados, los alimentos procesados, las carnes rojas, el ajo, la cafeína y el comino.
2. El cuerpo “calcula” la cantidad exacta
Al sentir mucho calor, el cuerpo automáticamente activa las glándulas sudoríparas para regular la temperatura, emanando una cantidad de sudor definida de acuerdo al contexto.
Para cada persona, las cifras son completamente distintas, ya que dependen del clima, la actividad que se esté realizando y la cantidad de glándulas que tenga el organismo.
Lo cierto es que, de acuerdo a la especialista, el cuerpo se adapta a la situación específica y sabe cuánto sudor tiene que emitir. Por ejemplo, si estás acostumbrado a climas cálidos, sudarás más eficientemente; por otro lado, si es recurrente que estés en lugares fríos, seguro producirás más sudor en tiempos de calor.
De todas formas, si estás transpirando, debes tener la certeza de que tu cuerpo lo hace para darte un beneficio.
3. No sudar es arriesgado
Las inyecciones de botox y los desodorantes antitranspirantes pueden ser de ayuda al momento de evitar que el cuerpo transpire. No obstante, esto es algo muy riesgoso para la salud.
James Mold, profesor de medicina de la Universidad de Oklahoma, aseguró que cuando se quiere evitar el sudor, “hay que actuar con cuidado”. Esto, ya que hay tratamientos que pueden causar ardor, picazón y moretones que podrían durar semanas.
“Generalmente no es una buena idea meterse con la madre naturaleza o tener tratamientos por razones puramente cosméticas, a menos que los beneficios superen claramente los riesgos”, sentenció el especialista.
Por otro lado, existe el trastorno denominado anhidrosis, relacionada con es la ausencia total de sudor. Es muy rara y sus cuidados son extremadamente complicados porque hay grandes problemas de termorregulación.
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, “la ausencia total de sudoración puede ser mortal, ya que el cuerpo se recalienta. Si la ausencia de sudoración sucede sólo en un área pequeña, por lo regular no es tan peligrosa”.