París, Francia. Las canas están de moda y cada vez más mujeres optan por dejar de teñirse para asumir una cabellera plateada, dejando de lado las convenciones estéticas basadas en el culto a la juventud.
Escritora y periodista especializada en la moda, Sophie Fontanel decidió hace dos años decir adiós a la tintura y dejar crecer su pelo blanco.
Una experiencia que compartió durante todas sus etapas junto a 119.000 seguidores en Instagram y que relata en un libro, «Une apparition» (Una aparición), que publica en París la semana próxima la editorial Robert Laffont.
La tendencia de asumir las canas llegó a Europa desde Estados Unidos y se popularizó desde hace unos años: mujeres de 30, 40, o más años se expresan en sitios como «Revolution Gray» (revolución gris), hartas de tener que someterse a al teñido regular y reacias a los productos químicos.
Para Sophie Fontanel, que frecuenta la Semana de la Moda, se trata ante todo de una cuestión estética. «No lo hice para nada para ser natural. Lo hice porque tuve la intuición de que me quedaba mejor que tiñéndome», explica a la AFP la periodista de 54 años.
Reivindica el lado militante de su opción y por eso la convirtió en experiencia interactiva, al publicar regularmente fotos de los distintos estados de crecimiento de sus cabellos blancos.
– Terminar con los prejuicios –
«Al constatar mis propias reticencias a dejarme las canas, me pregunté lo que quería decir. Y me dije que sería interesante compartir esa reflexión con los demás, para ver la reacción», cuenta.
«¡Sabía que generaría interés, pero no hasta tal punto! Recibo una gran cantidad de mensajes privados que me dicen: mira, yo también lo hice, y me doy cuenta de que he inspirado a muchas otras mujeres».
«Necesité cierta audacia», admite. «Pienso que las mujeres, a causa de los convencionalismos, evitan probar formas distintas de belleza».
La periodista, que trabajó quince años para la revista Elle y que hoy tiene una columna de moda en el semanario L’Obs, quiso «poner fin a todos los prejuicios» sobre las canas: que son demasiado gruesas, que hay que tenerlas cortas, que a los hombres no les gustan…
En la moda, algunas abrieron el camino. La norteamericana Kristen McMenamy, modelo de los años 1990 conocida por su estilo andrógino, puso fin al pelo teñido en el umbral de las cuatro décadas. También muy asidua a las Semanas de la Moda, la periodista de la edición británica de Vogue, Sarah Harris, también luce una larga cabellera plateada.
– Una opción estética más –
El gris también conquistó a estrellas como Lady Gaga o Rihanna, que probaron teñirse en ese tono.
Los peluqueros aprovechan la tendencia y proponen soluciones para acompañar el período de transición y atenuar el efecto bicolor, explica André Delahaigue, director artístico de los salones Maniatis.
Las ventas de los productos para evitar que el pelo blanco se torne amarillo van en aumento: +28,48% para Franck Provost desde 2016 y +17,85% para Jean Louis David.
«Para las mujeres, las canas siempre fueron mal vistas desde un punto de vista estético, exclusivamente asociadas a la decadencia física», destaca el sociólogo Frédéric Godart. «Junto con la prolongación del tiempo de vida y la afirmación progresiva de las mujeres en todas las profesiones y en los medios, las cosas cambian: una señal de envejecimiento se convierte en una opción estética como cualquier otra».
Sin embargo, las canas de las mujeres no están aún valorizadas como las de los hombres «percibidas de manera positiva, por ejemplo como una señal de sabiduría».
Y la presión social sigue siendo fuerte: la escritora Tatiana de Rosnay contó a Paris Match en 2016 que fue víctima de «mil sarcasmos» cuando dejó de teñirse el pelo.
«Los hijos, cuando te ven con el pelo blanco, se preocupan», dijo la cantante Lio al semanario L’Obs. «Yo no tengo miedo de envejecer y de decirlo».