La Federación Española de Fútbol (RFEF) sancionó este lunes a Cristiano Ronaldo con cinco partidos de suspensión, después de su expulsión en la ida de la Supercopa de España ante el FC Barcelona (3-1 para el Real Madrid).
El portugués recibe una sanción de un partido por su expulsión, y otros cuatro por haber empujado al árbitro como «señal de disconformidad», precisa la RFEF en su comunicado.
Cristiano también fue sancionado con una multa de 3.800 euros mientras que el club blanco tendrá que pagar 1.750 euros.
El luso se perderá de esta forma el partido de vuelta de la Supercopa de España, que se disputa el próximo miércoles en el Bernabéu, y los cuatro primeros partidos de liga, contra el Deportivo de la Coruña, Valencia, Levante y Real Sociedad.
Sí podrá sin embargo participar en el primer compromiso de Liga de Campeones, que se disputará el 12 o el 13 de septiembre.
El Real Madrid recurrió la segunda amarilla que vio el luso por dejarse caer en el área ante la presión del defensa francés Samuel Umtiti, alegando que el defensa sí cometió falta y que el árbitro tendría que haber pitado penal contra el Barcelona.
Postura también refrendada por el capitán del equipo, Sergio Ramos, que negó la simulación de su compañero. «Es una acción donde le desequilibran. En ningún momento se tira».
La RFEF rechazó la apelación del club blanco advirtiendo que la tarjeta amarilla está justificada.
El Madrid y el jugador tienen ahora 10 días para recurrir la sentencia ante el comité de apelación.
«Me molesta la expulsión de Cristiano porque aunque no hubiera sido penal, la tarjeta es demasiado rigurosa», dijo el entrenador del Madrid, Zinedine Zidane, tras el partido.
«Vamos a ver si podemos hacer algo para que esté disponible el próximo miércoles», agregó.
– Sanción menos severa –
El delantero portugués solo pasó 24 minutos sobre el terreno de juego, pues saltó al campo en el minuto 54 en sustitución del francés Karim Benzema y fue expulsado en el 82 por doble amarilla, tras haber anotado el 2-1 para los suyos (80).
La primera tarjeta amarilla la recibió por quitarse la camiseta para celebrar dicho tanto y la segunda solo dos minutos después (82), cuando el árbitro entendió que se dejó caer en el área rival.
«Una vez mostrada la tarjeta roja, dicho jugador (Ronaldo) me empujó levemente en señal de disconformidad», escribió el árbitro Ricardo de Burgos Bengoetxea en el acta del partido.
De acuerdo con las normas de la RFEF, este tipo de acciones de «violencia ligera» contra el árbitro se penalizan con entre cuatro y 12 partidos de suspensión.
En los casos precedentes siempre se ha optado -como ahora- por aplicar la sanción menos severa, la de cuatro partidos.
La RFEF prevé asimismo una sanción mínima de tres meses cuando se trata de una agresión directa al colegiado.
La expulsión del domingo supuso la décima del atacante luso a lo largo de su carrera.