Un grupo de cinco personas transitó por algunas zonas de Namibia -en África- durante el sábado pasado. Entre todas sus pertenencias, llevaban escopetas, ya que iban con la mirada fija en cazar animales.
No obstante, lo que ningún integrante del equipo esperaba era que, por una brutal circunstancia, el objetivo de la travesía se invirtiera.
Entre los hombres iba José Antonio Monzálvez, un argentino de 46 años que vivía en la provincia de Neuquén. Él fue quien, tras un confuso incidente mientras se ocultaban para disparar de forma más certera en la reserva de la localidad de Kalkfeld, murió aplastado por las patas de un elefante.
Según consignó el medio argentino La Nación, el hombre, que solía trabajar para una compañía petrolera de Brasil, tenía todos los permisos correspondientes para cazar.
De acuerdo al relato de los testigos, eran las 16:30 PM cuando los hombres se acomodaban para disparar. Ahí fue que apareció un elefante y comenzó a correr hacia los cazadores hasta alcanzar y aplastar a la víctima, quien murió tras no poder escapar.
“El fallecido era un cazador profesional que tenía un permiso válido”, dijo Maureen Mbeha, vocera de la Policía de la región de Otjonzondjupa en Namibia.
De todas formas, este no es el único caso en que un elefante mata a un hombre. Esto, ya que hace tres meses que Theunis Botha, un hombre de 51 años, se encontraba en Zimbabue, África, cazando animales cuando uno de ellos cayó encima de él, quitándole la vida.