Cientos de miles de habitantes de la costa del Golfo de Estados Unidos fueron llamadas este viernes a evacuar, cuando el huracán Harvey ya se hace sentir en Texas y Luisiana con la amenaza de producir inundaciones «catastróficas».

Hacia mediodía del viernes, Harvey soplaba como un huracán de categoría dos y vientos de 175 Km por hora a unos 165 km al sureste de Corpus Christi, en Texas.



Avanzando hacia el noroeste a unos 17 Km por hora, su ojo tocará tierra entre la noche del viernes y la mañana del sábado con fuerza de categoría tres.



Si la predicción del Centro Nacional de Huracanes (NHC) se mantiene, Harvey podría ser la mayor tormenta que toca tierra firme estadounidense en 12 años.

Se teme que alcance vientos de más de 200 km por hora y que produzca inundaciones «devastadoras y amenazantes para la vida» en un área en la cual las refinerías procesan siete millones de barriles de petróleo al día.

Según un boletín del NHC de las 16H00 GMT, los vientos huracanados comenzaron a llegar a tierra firme y ya están ocurriendo inundaciones de 30 a 60 cm en Corpus Christi y Port Aransas.

Según imágenes de la televisión local, los estantes de los supermercados ya están vacíos, las autopistas congestionadas y se observan largas colas en las estaciones de gasolina.

«Texas está a punto de padecer un desastre muy importante», dijo a CNN Brock Long, director de la agencia federal de gestión de emergencias (FEMA). «La ventana de evacuación se está cerrando rápidamente», advirtió.

Corpus Christi, que concentra la mayoría de las refinerías de Texas y donde llegará el huracán el sábado, emitió órdenes de evacuación voluntaria, mientras las evacuaciones fueron obligatorias en los poblados costeros de Port Aransas y Aransas Pass.

«Todo el que no haya evacuado aún, por favor apresúrese», escribieron los responsables de la ciudad de Portland, Texas, en su sitio web.

Sin embargo, muchos residentes decidieron enfrentar a Harvey. En Corpus Christi, las personas empacaban bolsas de arena para proteger sus casas de la inundación.

Funcionarios de Houston, ciudad que también está en la trayectoria proyectada de la tormenta, dispusieron el cierre de las escuelas hasta el lunes aunque no se espera que se ordenen evacuaciones.

– Centro petrolero –

Harvey, que es la primera tormenta importante de la temporada de huracanes del Atlántico, precipitará unos 89 cm de lluvia en algunas regiones de Texas desde el viernes hasta el miércoles de la semana próxima.

«Se esperan inundaciones catastróficas en porciones del sur y sureste de Texas», advirtió el NHC.

Houston será bañado con unos 50 cm de lluvia y corre el riesgo de sufrir peligrosas inundaciones súbitas.

Long, el jefe de la FEMA, dijo que el peligro mayor es la marejada, que puede subir entre 1,8 y 3,7 metros sobre el nivel regular del mar en las zonas más afectadas de la costa de Texas.

Con un tercio de la capacidad de refinación petrolera del país bajo amenaza, varias compañías energéticas evacuaron a su personal de las plataformas de petróleo y gas en el corazón de lo que se llama «the Refinery Row», o corredor de refinerías.

De acuerdo a la Oficina de Seguridad y Medio Ambiente, una plataforma de perforación petrolera en el Golfo de México fue evacuada, así como otras 39 plataformas que trabajan con personal a bordo. Estas representan 9,5%% de la producción petrolera y 14,7% de la producción de gas natural en el Golfo.

«El mayor peligro que representa Harvey para las refinerías no es sólo el daño por el viento, sino además la lluvia asociada y la posibilidad de fallas eléctricas», dijo James Williams, de WTRG Economics.

Si una refinería cierra, puede tomar una semana para que se ponga en funcionamiento de nuevo.

– Nueva Orleans, alerta –

En la vecina Luisiana, la tormenta azotará durante varios días y puede afectar seriamente a Nueva Orleans, que con su sistema de diques es propensa a las inundaciones. El gobernador John Bel Edwards dijo que habló con el presidente Donald Trump, quien le «ofreció todo su apoyo».

«Esto durará hasta la próxima semana», dijo Edwards en una conferencia de prensa, «lo cual lo hace particularmente peligroso».

El gobernador emitió una declaración de emergencia para todo el estado y se alistaron cientos de botes para emprender posibles rescates, así como medio millón de bolsas de arena para combatir las inundaciones.

En Nueva Orleans, donde el huracán Katrina en 2005 causó graves inundaciones y mató a 1.800 personas, el alcalde Mitch Landrieu dijo a los periodistas que ya se tenían preparados vehículos y botes de rescate, si bien no se ordenaron evacuaciones.

«Sólo queremos estar seguros de que estamos preparados», dijo Landrieu.