Me gusta leer la prensa local, especialmente la prensa local de la India. Fíjate, en una pequeña aldea del estado de Madhya Pradesh acaban de presenciar una hazaña de las que pasan a formar parte de la epopeya nacional. El protagonista de la historia es un valiente jefe de policía llamado Abhishek Patel.
Todo empezó el viernes por la mañana cuando descubrieron una bomba activa en el patio trasero de la escuela local, a la que asisten cerca de 400 niños. Tras informar a las autoridades, Patel y su escuadrón aparecieron en la escuela para inspeccionar el explosivo, que medía 30 centímetros y pesaba 10 kilogramos.
Consciente de que no había ninguna brigada antiexplosivos disponible, Abhishek Patel no se lo pensó: cargado de valor, se echó la bomba al hombro y empezó a correr. Y no paró hasta alejarse a una distancia segura de 1 kilómetro.
“Como era una zona residencial y un recinto escolar, mi único objetivo era llevar la bomba lo más lejos posible”, declaró el oficial, de 40 años de edad. “Si hubiera explotado, habría causado daños en un radio de 500 metros”, añadió.
Ese mismo día se abrió una investigación sobre cómo había llegado una bomba de ese calibre al patio de la escuela. La policía cree que pudo provenir de un campo de entrenamiento que el ejército tiene cerca del pueblo.
Afortunadamente no ocurrió nada, y el oficial Patel recibió una recompensa de 50.000 rupias (780 dólares) por su acto de valentía.
Fuente: The Telegraph