Prometen fortuna pero a veces conducen al infierno. China acaba de lanzar una gran campaña contra los organismos de ventas piramidales, que coparon grandes titulares de prensa tras el reciente descubrimiento de tres cadáveres.

El fraude suele empezar así: un pequeño ahorrador se deja engañar, invierte en un negocio que parece lucrativo, y luego convence a sus familiares de hacer lo propio. Solo en 2016, las autoridades abrieron más de 2.800 investigaciones por este delito, un aumento del 20% respecto al año anterior. 



En ocasiones esas estafas piramidales tienen consecuencias trágicas. En julio, la policía encontró los cuerpos de tres personas fallecidas en oscuras circunstancias, un ejemplo de los métodos radicales que llegan a emplear los organizadores de esos montajes. 



El principio de un fraude piramidal es sencillo: el dinero que aportan los nuevos inversores en el negocio permite retribuir a quienes invirtieron antes.

En la cima de la pirámide, los estafadores suelen disimular el fraude bajo la apariencia de una empresa legal (que vende objetos, viajes, productos financieros, etc.), lo cual permite convencer al incauto e incitarlo a aportar dinero. 

Cada nuevo miembro del esquema piramidal deberá luego atraer a nuevas personas para que el sistema siga adelante.

«Esos casos son incontables», lamenta un miembro de la oficina china de lucha contra esos fraudes. «Muchas organizaciones se instalan en el campo y reclutan a sus miembros a través de internet. Es difícil localizarlos y encontrar pruebas», explica bajo anonimato.

– Una víctima torturada –

El gobierno chino anunció el 10 de agosto una campaña de tres meses contra esos fraudes, tras una serie de fallecimientos sospechosos.

En julio, un hombre de 23 años murió tras sufrir una paliza en la provincia de Shanxi (norte) después de negarse a integrar un esquema piramidal y reclutar a nuevos miembros, según la policía.

En Tianjin (norte), las autoridades detuvieron a cinco personas tras el hallazgo del cadáver de un estudiante en un estanque.

Y en la misma ciudad, otros tres miembros de una organización piramidal fueron acusados de homicidio negligente tras el hallazgo del cuerpo de otro estudiante en una carretera.

La policía también investiga el caso de un joven encontrado inconsciente y cubierto de hematomas en agosto en una estación de Hanghzou (este).

El joven, Zheng Quan, cuenta que al principio pensó haberse unido a una organización que vendía suplementos de calcio. Pero, cuando anunció su intención de abandonar el grupo, empezaron a golpearle a diario.

«A veces me vertían agua hirviendo en las piernas», dice desde su cama de hospital.

La policía desmanteló la pirámide, cuyos organizadores fueron acusados de robo y secuestro. Y las autoridades anunciaron el arresto de 32 personas, ocho de ellas relacionadas con el caso de Zheng.

– ‘Horrible mentira’ –

Pero algunos ciudadanos no han esperado a la intervención del gobierno para actuar.

Li Xu es el fundador de la asociación de promoción de la lucha contra los fraudes piramidales, que quiere ayudar a las víctimas.

«Las estafas piramidales se dirigen a gente que aspira a cambiar su vida gastando poco dinero», explica Li.

Tras romper cualquier vínculo con el mundo exterior para integrar una estructura piramidal en la que invirtió el equivalente a varios miles de euros, Li decidió abandonar la organización a los dos meses, antes de llamar a la policía.

Su asociación ayuda ahora a la población a encontrar a sus familiares atrapados en esos fraudes.

Sus agentes y él localizan las organizaciones fraudulentas con la ayuda del GPS y las vigilan como si fueran detectives. Luego contactan a la policía o se llevan, a veces a la fuerza, a las víctimas.

Estas son conducidas a «salas de reeducación», cuenta Li. «Solo las dejamos irse cuando se dan cuenta de que las ventas piramidales no son más que una horrible mentira».