Hillary Clinton perdió las elecciones presidenciales en parte por su culpa, reconoce ella en su nuevo libro, que sale la semana próxima en Estados Unidos. Pero también por culpa de Bernie Sanders, su exrival en las primarias demócratas.

Los ataques del senador Sanders «han causado daños duraderos, lo que complicó que se unieran los progresistas antes de las elecciones y allanó el camino a la campaña de Donald Trump contra ‘Hillary la crápula'», escribe en «What Happened» (Fayard), según extractos publicados en medios de comunicación estadounidenses, entre ellos NBC y CNN.



El libro estará en las librerías el martes. Hillary Clinton tiene prevista una gira de 15 días por Estados Unidos y Canadá para promoverlo.



La también ex primera dama y exsecretaria de Estado le reprocha a Bernie Sanders haber usurpado sus ideas. «Bernie anunciaba casi lo mismo, pero más grande. En todos los temas, es como si prometiera los abdominales en cuatro minutos, o en cero minutos, los abdominales mágicos!», escribe con sarcasmo.

Bernie Sanders, que sigue ejerciendo su cargo como senador, respondió con desdén. «Así que Bernie Sanders ha robado todas las ideas de Hillary Clinton, pero ¿quién va a creerlo?», dijo en MSNBC.

El mea culpa que ella había prometido a los estadounidenses se materializa en el libro. Clinton reconoce que su campaña «no tuvo la misma pasión ni el mismo sentido de urgencia» que la de su esposo Bill en 1992. También lamenta haber afirmado, dos meses antes de la elección, que la mitad de los votantes de Donald Trump eran personas «lamentables».

Pero Hillary Clinton escribe que ella no sólo era candidata contra Donald Trump. «También me enfrenté al aparato de inteligencia ruso, a un director del FBI equivocado y a un colegio electoral ahora abandonado».

No oculta su rencor contra James Comey, quien en ese momento como director del FBI reabrió brevemente, unos días antes de las elecciones, la investigación de sus correos electrónicos, que había golpeado seriamente la imagen de la candidata pero que había sido cerrada meses atrás.

El ex alto funcionario policial, posteriormente destituido por Trump, es blanco de su arremetida. «Sin la intervención espectacular del director del FBI en los últimos días, habríamos ganado la Casa Blanca», afirma en las páginas del «What Happened».

Clinton critica también, aunque sutilmente, al expresidente Barack Obama por no haber hecho más para denunciar públicamente la injerencia rusa.

Pero al final, la política más conocida de Estados Unidos admite que después de más de un cuarto de siglo en el frente de batalla, su oportunidad ha pasado.

«Decidí aceptar que mucha gente -millones y millones de personas- decidió que realmente no me quería. Imaginen lo que se siente».