Algunos de sus modelos pueden alcanzar millones de euros en las subastas y sus bólidos siguen estando en los primeros puestos de los circuitos del planeta. Ferrari celebra por todo lo alto este fin de semana sus 70 años.

Durante tres días, la marca celebrará su aniversario en el norte de Italia. Primero en Milán, adonde acudirán este viernes cerca de 500 modelos de Ferrari, luego en Módena y, por último, en Maranello, sede del constructor.



«Ferrari es una marca mítica: tiene un palmarés maravilloso en circuitos de velocidad y representa la cumbre del automovilismo», explica a la AFP Patrice Vergès, experto en la historia de los automóviles.



En un Ferrari, hay «magia», sobre todo por el «ruido» que hace. «Tener un Ferrari y llamar la atención de los demás forma parte del juego», dice.

Esta saga única en la historia del automóvil comenzó en 1929, cuando el célebre caballo negro encabritado apareció por primera vez en los coches de carrera de Alfa Romeo, que tenía entre sus pilotos a un tal Enzo Ferrari. Esos bólidos compitieron entre 1929 y 1938.

Pero hubo que esperar a la postguerra, en concreto el año 1947, para que el Ferrari 125 S, el primer modelo nacido de la imaginación de Enzo Ferrari, saliera de la fábrica de Maranello, cerca de Módena.

El 125 S ya lucía el caballo negro, un homenaje a Francesco Baracca, un piloto italiano de la Primera Guerra Mundial que tenía ese símbolo pintado en su avión.

La madre de Baracca, muerto en combate en 1918, «me dijo un día: ‘Pon en tus bólidos el ‘cavalino rampante’ de mi hijo. Te dará suerte», contaba Enzo Ferrari, que puso el caballo sobre un fondo amarillo, el color de Módena, su ciudad natal.

Los Ferrari, que dejaron muy pronto una huella en el imaginario colectivo, sólo están al alcance de unos pocos, ya que pueden costar entre 150.000 y un millón de euros. Y los futuros propietarios tienen que tener paciencia. El año pasado, el director ejecutivo de Ferrari, Sergio Marchionne, reconocía que había que esperar hasta tres años para adquirir un Ferrari 488.

– ‘Una fábrica de sueños’ –

La marca, que se independizó del grupo Fiat Chrysler (FCA) a finales de 2015 y cotiza en las bolsas de Milán y Nueva York, registra unos resultados envidiables: 3.100 millones de euros – 3.734 millones de dólares- de volumen de negocios en 2016, con solo 8.014 coches entregados, y un beneficio neto de 400 millones de euros, un alza del 38% respecto al ejercicio anterior.

Ferrari propone «una artesanía industrial de enorme calidad, que acompaña con un diálogo muy cercano con sus clientes», dice Carlo Alberto Carnevale Maffè, profesor de estrategia en la Universidad Bocconi de Milán.

«Ha logrado incorporar las exigencias de sus clientes, introduciendo en sus procesos manufactureros mucha personalización: los volantes, los asientos, el interior…», con compradores a los que reciben en la fábrica para que aporten su toque personal, explica.

Según él, un Ferrari «se merece». «Tienes que formar parte del club. Hay tantos advenedizos, nuevos ricos que quieren ser admitidos en él, pero se los mira con cierto recelo».

Ferrari fue realmente «una marca de gente apasionada», asegura Vergès. «Uno tenía que serlo porque siempre estaban averiados, aunque, por supuesto, eso no lo decía la gente». Hoy en día eso ha cambiado, considera el historiador, y Ferrari se ha convertido en «una marca de burgueses adinerados» que utilizan los coches como «inversión».

Pese a todo, la marca puede jactarse de haber fabricado el coche más caro jamás subastado, un Ferrari 335 S Scaglietti de 1957, vendido en París por 32 millones de euros, a principios de 2016.

Y en los circuitos, la escudería en activo más antigua de la Fórmula 1 sigue en los primeros puestos. Para su 70º aniversario, tal vez pueda lograr el mejor de los regalos: el título mundial de pilotos con el alemán Sebastian Vettel, actual segundo de la clasificación, a tan solo tres puntos del británico Lewis Hamilton y su Mercedes.

Tras 68 temporadas en la disciplina reina del automovilismo, la escudería tiene un palmarés impresionante: 228 victorias en grandes premios, 721 podios, 16 títulos de campeón del mundo de constructores y 15 de pilotos.