Historias de personas que decidieron quedarse con su pareja infiel.

A nadie le gusta estar solo en esta época del año. Hay muchas formas de pasar una Navidad en soledad, pero tienes que poner en una balanza si vale la pena pasar estas fechas con alguien que mantenga el otro lado de la cama caliente. Es una época en la que el sentimentalismo y la introspección se vuelven la norma, y quedarte sólo con tus pensamientos puede no ser lo ideal.



Las personas tratan de soportar más tonterías que de costumbre de la persona con la que están saliendo, en una combinación de buena fe «nah, no creo que me vaya a engañar» y de instinto de supervivencia. Un estudio realizado por el Journal of Social and Personal Relationships este año reveló que, de los 200 participantes, el 5 por ciento piensa que su pareja cometería una infidelidad, pero los encuestados también pensaban que existe una posibilidad del 40 por ciento de que una persona engañe a su pareja. Esas cifras demuestran que algunos de nosotros descubrimos que nuestras parejas nos han engañado.

Ya hemos preguntado a hombres y mujeres infieles qué les llevó a engañar a sus parejas, pero decidimos que era hora de escuchar la otra versión de la historia: entender la mente de la persona que se quedan con sus parejas aun sabiendo que les han sido infieles, en lugar de cortar por lo sano.



«Era la primera vez que yo podía tomar las decisiones»

En el comienzo de nuestra relación, Dave siempre era el que tomaba las decisiones. Sobre todo porque siempre era el que ligaba allí donde fuéramos y las mujeres no tenían ningún reparo en coquetear con él delante de mis narices. Cuando descubrí que se había acostado con otra, lo único que recuerdo es estar caminando muy aturdida por el shock. No podía creer que hubiera echado por tierra dos años de relación. Cuando conseguí superar la humillación, me di cuenta de que era la primera vez en la relación que yo podía tomar las decisiones, ya que a partir de ese día, Dave no hacía más que ir arrastrándose detrás de mí. Ayudaba bastante el hecho de que estaba viviendo en mi casa, así que lo podría amenazar con echarlo cuando quisiera.

Me aproveche completamente de él. Incluso cuando teníamos que decidir quién lavaba los platos, yo le decía «Tú me engañaste, así que deberías hacerlo tú». Luego ya empezó a hacerlo sin que yo se lo pidiera.

Era un gran sacrificio, el que diga que puede perdonar a su pareja después de que le fue infiel miente. Ese año pasé muchas horas recordando la escena, preguntándome si debía ser más cruel con él. A veces me torturaba a mí misma imaginándolos. ¿Mi consejo? Puedes intentar superarlo, pero no lo conseguirás. Es mejor alejarse.

– Lena, 26

«No creo que pudiera encontrar a otra chica como ella»

Estoy acostumbrado a que los hombres miren a Jen, la chica con la que llevo saliendo mucho tiempo. Su amiga trabaja organizando eventos entonces y siempre invita a Jen.

Me enteré de que se estaba viendo con otro tipo que al parecer llevaba un tiempo detrás de ella. Aunque Jen me lo confesó poco después, me destrozó pensar que hubiera permitido que ocurriera. El único consuelo fue que no llegó a haber sexo, por lo que decidí darle una oportunidad. Hemos estado juntos desde la universidad y me gustaría seguir con ella en el futuro, y no quería que algo que no significó nada dañara eso. No creo que pudiera encontrar a otra mujer como ella. Nuestra relación ya superó la etapa de la luna de miel, por lo que no me preocupa que quiera salir a pasárselo bien. No puedo estar seguro de que me es fiel. Me gustaría decir que se acabaría nuestra relación si tuviera pruebas, pero la verdad es que no estoy seguro. Es más fácil pretender que estoy siendo paranoico.

– Louis, 25

«No quería perder»

Siempre había sospechado que mi novio de tres años, Rob, tenía algo con una amiga en común, vamos a llamarla Lily. Hablaba mucho de ella, pero pensé que era inofensivo. Habíamos ido a tomar algo después de trabajar, pero yo estaba muy cansada y me fui a casa.

No fue hasta que descubrí un mensaje de WhatsApp en su móvil al día siguiente, mientras él fue a tirar la basura, que me di cuenta de que habían estado juntos. Estaba hecha una furia. Pero sobre todo, no quería perder. Estaba convencida de que mi novio y su amante sentían algo mutuo y que, si lo dejaba, intentarían salir. Era o bien verlos juntos y que todo el mundo se sintiera mal por mí, o que todo el mundo me reconociera como la mujer que había aceptado volver con su ex, que le había puesto los cuernos. No sabía cuál de las dos opciones prefería.

Rob se sentía muy mal y estaba desesperado tratando de hacerme sentir mejor. Yo sabía que podía manipular la situación a mi favor. Especialmente porque estaba segura que Lily estaba esperando que termináramos. Entonces decidí seguir con él.

Al final, cuando por fin terminamos, me sentí mal por haber seguido con el solo por sentir que había ganado. Pero no me sentía tan culpable, aunque también ayudo que, cuando decidimos terminar, Lily se había ido a vivir a otra ciudad.

– Hayley, 28

«Quería darle otra oportunidad»

Ignoré todas las señales que me llegaron los primeros meses que había estado saliendo con Mark: sus cambios bruscos de humor y los nervios que le entraban solo con verme mirar su móvil, ese tipo de cosas. Todo tuvo sentido cuando vi una foto en la que lo habían etiquetado en la foto de una chica; los dos parecían muy cómodos juntos. A Mark le gustaban las chicas como yo, morenas y altas, por lo que al ver que la chica de la foto era igual, empecé a sospechar. La cosa fue obvia cuando encontré más fotos de ellos juntos cuando se suponía que él estaba «con colegas». Le pedí explicaciones y me dijo que solo había sido una vez. Yo quería darle otra oportunidad, ya que me había enamorado de él y me tragué su excusa. Unos meses después me di cuenta de que seguía engañándome, pero esta vez con otra mujer, también morena y alta. ¿Me arrepiento de haber seguido con él otros siete meses? Sí. Es realmente vergonzoso pensar qué poca dignidad tuve y qué poco me respetó él. Pero tengo mucho que agradecerle. Estoy en una relación muy buena, ahora, sobre todo porque aprendí a detectar las señales de advertencia con bastante rapidez. Eso se lo debo.

– Sarah, 25

Fuente: https://www.infobae.com