La próxima vez que te sientes a desayunar no subestimes esa comida ni la pases a las corridas. Si consumís menos de 100 calorías, estás dañando gravemente tu corazón. Lo acaban de demostrar científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), que aseguran que desayunar ‘como un pajarito’ duplica el riesgo de que las paredes de las arterias acumulen grasas.
Tan grave es la cosa que los investigadores sugieren que saltarse el desayuno empieza a ocupar un lugar destacado en la lista de hábitos poco saludables.Porque si practicás deporte, comés sano y no fumás pero salteás el desayuno tus esfuerzos por llevar una vida saludable pueden perder sentido.
Tienen pruebas irrefutables para hacer esta afirmación. Hace poco, en el marco del estudio PESA CNIC-Santander, llevaron a cabo un experimento con sujetos sin antecedentes de enfermedad cardiovascular y con distintos hábitos de desayuno. Asistidos por tecnología de ultrasonido vascular, los investigadores escudriñaron a fondo las arterias carótidas, las femorales, las coronarias y la aorta en busca de placas ateroscleróticas que no dieran síntomas (aterosclerosis subclínica, en la jerga médica). El análisis de los resultados fue alarmante: las ecografías revelaron que el número de placas ateroscleróticas era 1,5 veces más elevado en el grupo que se saltaba el desayuno a la torera en comparación con los que empezaban el día con una comida que contenía más del 20% de las calorías diarias.
No es la primera vez que se relacionan desayuno y salud cardiaca. Si después de una noche sin llevarte nada a la boca no rompes el ayuno (eso significa etimológicamente ‘des-ayunar’), la probabilidad de que sufras un infarto aumenta un 27 por ciento.
Además de que prescindir de la primera comida del día hace que los niveles de plomo en sangre se eleven en un 15 por ciento, según se podía leer Environmental Health Journal.
El cerebro también se ve afectado. Un experimento de la Escuela de enfermería de la Universidad de Pensilvania (EE UU) calculó que los estudiantes que se saltan la primera comida del día reducen en 5,58 puntos su habilidad verbal, en 2,50 puntos el rendimiento y la puntuación total en 4,6 puntos. Además de que son más lentos y torpes a la hora de resolver problemas.
Fuente: buenavibra.es