Un grupo de médicos en Australia sospechaban que una mujer tenía un tipo de cáncer llamado linfoma, pero se sorprendieron cuando pusieron su ganglio linfático agrandado bajo un microscopio y en lugar de cáncer encontraron el pigmento de tatuaje negro de hace 15 años al que ahora su sistema inmunológico estaba reaccionando.
Ellos relataron el extraño caso en un informe publicado este lunes en la revista Annals of Internal Medicine.
La mujer de 30 años llegó al médico con pequeños bultos debajo de los brazos que había tenido durante dos semanas. Una exploración corporal mostró aún más agrandamiento de los ganglios linfáticos en su pecho, incluso cerca de las raíces de sus pulmones.
«Noventa y nueve veces de 100, (esto) sería linfoma», dijo el doctor Christian Bryant, un hematólogo en el Royal Prince Alfred Hospital en Sydney. Bryant es uno de los médicos que atendió a la mujer.
Muchos tipos de cáncer -incluyendo los linfomas, que provienen de células inmunes- pueden causar que los ganglios linfáticos se inflamen. Los ganglios linfáticos también pueden aumentar su tamaño debido a la infección.
En el caso de la mujer australiana, cuyo nombre no fue publicado, sus ganglios linfáticos se inflamaron debido a una reacción a la antigua del antiguo tatuaje, no debido a las células cancerosas. Los médicos extrajeron un ganglio linfático de su axila y encontraron un grupo de células inmunes que estaban llenas de pigmento negro. La mujer tenía un tatuaje que se había hecho a los 15 años y que cubría su espalda, y había uno más pequeño, más reciente, en su hombro.
«La piel tiene sus propias células inmunes que siempre la vigilan», dijo el doctor Bill Stebbins, director de dermatología cosmética del Vanderbilt University Medical Center, que no participó en el informe.
Una vez que estas células inmunes encontraron el pigmento del tatuaje, una sustancia extraña, lo ingirieron y ese pigmento viajó de la piel a los ganglios linfáticos durante varios años, informó cnnespanol.
«El pigmento es demasiado grande para que estas células lo absorban», dijo Stebbins. «Es por eso que todavía están allí muchos años después».