San Juan, Puerto Rico.-A diario más de cincuenta dominicanos acuden al consulado de San Juan, Puerto Rico, para gestionar con las autoridades su retorno al país con sus familiares, luego de perderlo todo por el huracán Irma.
El cónsul dominicano, Franklin Grullón, explicó que llegaron a un acuerdo con las autoridades del país para que los criollos que tienen un estatus migratorio irregular no sean tocados en los levantamientos que se están haciendo.
El secretario de Estado, Luis Geraldo Rivera Marín, dijo que no van a tomar en cuenta los documentos oficiales a la hora de evaluar.
Destacó que también los dominicanos indocumentados podrían recibir las ayudas que dará el Estado a los damnificados por el huracán.
Purina Rojas, quien lleva 25 años residiendo en Puerto Rico, ha tomado la decisión de marcharse al ver como quedó su casa, llena de lodo y agua en el barrio Valle Hill de Canovanas.
“Estamos aquí como los perritos. Me voy para República Dominicana a dormir en el piso, porque no tengo fuerzas para trabajar y lograr tener lo que perdí”, expresó Purina, quien tiene casi 30 días en un refugio habilitado por las autoridades.
La dominicana detalla que tenía planes de retirarse para su país, a su pueblo natal, en Nagua, y para ello había comprado varios enseres para amueblar su casa en Santo Domingo, que sobrepasan los 20 mil dólares, y todo lo perdió.
Miles de dominicanos y puertorriqueños permanecen en refugios oficiales porque perdieron todo.
Un mes refugiados
Alrededor de 150 dominicanos con sus familias tienen casi un mes en refugios habilitados en Puerto Rico tras el paso del huracán Irma.
Wanda del Valle, encargada del refugio William Rivera Betances en Canovanas, Puerto Rico, detalló que hasta el momento tienen unas 282 personas, de los cuales 150 son dominicanos, entre estos una joven de padre dominicano, quien dio a luz hace seis días.
Del Valle es la encargada regional de los centros vocacionales, desde Trujillo Alto hasta Vieques y Culebra.
“Aquí no nos gusta preguntar si es dominicano o puertorriqueño, porque eso es discriminación, para mí todos son mis hermanitos”, dijo Del Valle a reporteros de EL DÍA que se encuentran en la “Isla del Encanto”.
En los barrios Villa Hugo II, en Canovanas, y Villas del Sol, en Toa Baja, Puerto Rico, más de cien familias dominicanas perdieron sus casas teniendo que irse a casas de amigos y refugios en la zona.
Betina Leonardo, una dominicana que tiene 14 años en Villa Hugo, acogió a 3 familias criollas en su casa que vieron con impotencia y tristeza cómo se les derrumbaron sus hogares.
Narra que como buenos hermanos cocinan chicharrón con arroz blanco y lo comparten, informó eldia.
El restaurante Hipicache, uno de los más afectados en el área, sus pérdidas son de unos 60,000 dólares, a su venta tenían mariscos, comida criolla, mofongo y frituras, con un 80 % de empleados dominicanos y un 20 % puertorriqueños; sus operaciones se reanudarán en 2 meses, expresó Agustin Jáquez.