Un juez federal de Hawái suspendió este martes la aplicación del último decreto anti-migratorio del presidente Donald Trump, pocas horas antes de que entre completamente en vigor.

La decisión del juez Derrick Watson tiene alcance nacional y debería ser objeto de una pronta apelación por parte del gobierno, que pretende prohibir en forma permanente el ingreso a territorio estadounidense de ciudadanos de siete países.



Trump firmó el mes pasado un decreto antes del vencimiento de una anterior prohibición de entrada a Estados Unidos (por 90 días) a ciudadanos de Sudán, Yemen, Siria, Libia, Irán y Somalia.

Tras una batalla legal por esa orden, el decreto de septiembre eliminó a Sudán, pero agregó a Chad y Corea del Norte. Los ciudadanos de esos países están vetados de cruzar las fronteras estadounidenses por razones de seguridad nacional.



De todas formas, la decisión de la justicia mantiene las sanciones a Corea del Norte y funcionarios de Venezuela.

El nuevo texto también cerró las puertas del país a determinados funcionarios públicos venezolanos, en castigo a la falta de cooperación de Caracas en la verificación de antecedentes de sus ciudadanos.