Fueron cuatro incómodos encuentros en que Harvey Weinstein, el «productor más importante de Hollywood», como era conocido en la industria de cine, intentó aprovecharse de la actriz Lupita Nyong’o con incómodos propuestas subidas de tono y amenazas con acabar su carrera.
La actriz de 34 años, ganadora de un Oscar por ’12 años de esclavitud’ narró en el New York Times, en un artículo escrito en primera persona, cómo fueron sus encuentros con el productor.
“Me he sentido sola desde que ocurrió y me he culpado a mí misma igual que las demás mujeres que han compartido sus historias”, dice en el inicio de su testimonio.
PRIMER ENCUENTRO
Cuenta que conoció a Weinstein en 2011, en Alemania, en una ceremonia de premios en Berlín. Ella estudiaba en la Escuela de Arte Dramático de Yale y un intermediario se lo presentó.
«Estaba ansiosa por conocer gente de la industria», dice, aunque le advirtieron: «Él es un buen contacto en la industria, pero cuidado porque puede ser un abusador”.
SEGUNDO ENCUENTRO
«Poco tiempo después de conocernos en Berlín, Harvey me escribió invitándome a asistir a la proyección de una película. Me dijo que la veríamos junto a su familia en su casa en Westport, Conn”.
Nyong’o llegó a la mansión, donde estaban sus hijos pequeños y los empleados domésticos. Cuenta que le dio un breve recorrido por la casa y luego reunió a todos en la sala de proyección para ver la película.
«Pero a los 15 minutos, Harvey vino a buscarme y me dijo que quería mostrarme algo. Protesté ya que quería terminar la película, pero insistió en que fuera con él, dictando la ley como si yo también fuera uno de sus hijos. No quería otro lío ante sus hijos, así que salí de la habitación con él”.
Luego añadió: “Harvey me llevó a su dormitorio, y dijo que quería darme un masaje. Pensé que estaba bromeando al principio. Me sentí insegura. Entré en pánico un poco y pensé rápidamente en ofrecerme yo a hacerle los masajes y así tomar el control para ganar tiempo y saber en todo momento dónde estaban sus manos”.
“Estuvo de acuerdo con esto y se acostó en la cama. Empecé a masajearle la espalda para ganar tiempo, para descubrir cómo librarme de esta situación indeseable. En poco tiempo dijo que quería quitarse los pantalones. Le dije que no hiciera eso y le informé de que me haría sentir extremadamente incómoda. Se levantó de todos modos para hacerlo y me dirigí a la puerta, diciendo que no estaba del todo cómoda con eso. ‘Si no vamos a ver la película, debo regresar a la escuela», le dije.
“Abrí la puerta y me puse de pie junto al marco. Se puso la camisa y volvió a mencionar lo terca que era. Estuve de acuerdo, con una risa fácil, tratando de salir de la situación de forma segura. Después de todo, estaba en su casa con sus empleados, pero me parece que era una habitación insonorizada (…) “No sabía cómo proceder sin poner en peligro mi futuro. Pero supe que no aceptaría ninguna visita más a sitios privados con Harvey Weinstein”, escribió.
TERCER ENCUENTRO
Se reunieron para leer un guión para un proyecto de Weinstein, pero esta vez en un restaurante. El productor le dijo que podía asistir con quién quisiera. Nyong’o fue con amigos y otra intérprete y todo se desarrolló con normalidad.
Nyong’o escribe: “Él sabía cuándo ser encantador si quería algo. Era definitivamente un abusador, pero podía ser realmente encantador, lo que era confuso. Me fui pensando que quizá él había aprendido cuáles eran mis límites y los iba a respetar”.
CUARTO ENCUENTRO
Tras su último encuentro, Nyong’o se sentía más segura por lo que acudió a la invitación de Weinstein a ver la película W.E [El romance del siglo]. Después de la función, el producto la llevó a un restaurante en TriBeCa.
“Antes de que llegaran los aperitivos, anunció: ‘Cortemos el rollo. Tengo una habitación privada arriba donde podemos tomar el resto de la cena’. Me quedé pasmada. Le dije que prefería comer en el restaurante. Me dijo que no fuera tan naíf. Si quería ser una actriz, tenía que estar dispuesta a hacer este tipo de cosas. Dijo que había salido con la famosa actriz X e Y, y que viera dónde las había llevado”.
Nyong’o rechazó su oferta. Dice que para hacer eso hay que tener coraje. Luego esperó la respuesta de Weinstein: “No tienes ni idea de lo que estás rechazando».
Ella respondió: «Con todo el respeto, no sería capaz de dormir por la noche si hiciera lo que me pides, así que debo pasar».
Antes de irse le preguntó a Weinstein si estaba todo bien, pues temía que le arruinara su nombre y destruyera su carrera por haber rechazado su propuesta. «No sé tu carrera, pero tú estarás bien’», le dijo. «Pareció una amenaza y un consuelo al mismo tiempo. De qué, no podía estar segura”, aseguró la actriz.
ÚLTIMO ENCUENTRO
Después del estreno de ’12 años de esclavitud’ en Toronto, en setiembre de 2013, volvió a encontrarse con Weinstein.
“Me dijo que no se podía creer lo rápido que había llegado donde estaba, y que me había tratado muy mal en el pasado. Estaba avergonzado de sus acciones y prometió respetarme en el futuro. Se lo agradecí y me fui. Pero me hice una promesa a mí misma, no trabajar nunca con Harvey Weinstein”.
Más tarde, el temido productor le ofreció un papel en Cannes y ella se mantuvo firme en su rechazo.
«Ese fue muy último encuentro personal con Harvey Weinstein. Lo comparto ahora porque ahora sé lo que no supe entonces. Yo fui parte de una comunidad creciente de mujeres que lidiaron en secreto con el acoso de Harvey Weinstein”, dijo en su columna.
Ya son cerca de 29 las mujeres que aseguran que fueron víctimas del poderoso productor, con actos sexualmente explícitos, comportamientos inapropiados o con contundentes represalias profesionales si se negaban a reunirse a solas con él.
Fuente: Peru21.pe