La mañana de este miércoles 1 de noviembre, la bandera argentina flameaba a media asta en el colegio Politécnico de Rosario, lugar desde donde egresaron hace 30 años, los cinco trasandinos que murieron durante el reciente atropello múltiple en Nueva York.
Agence France-Press indagó en el perfil de los latinoamericanos fallecidos, sus historias y motivaciones para llegar hasta una de las ciudades más importantes de Estados Unidos, donde fallecieron en el atropello múltiple presuntamente perpetrado por el ciudadano uzbeko, Sayfullo Saipov.
Ariel Erlij, de 48 años, fue uno de los promotores del viaje. A él se le ocurrió que se fotografiaran en el aeropuerto con una camiseta blanca con la leyenda “Libre”. Lo hicieron abrazados.
Contribuyó con dinero para facilitar la ida de sus compañeros. Era un empresario con importantes negocios para producir y vender artículos de la industria siderúrgica. Vivía en Funes, localidad cercana a Rosario.
Alejandro Damián Pagnucco, de 49 años, también fallecido, Era arquitecto. Dejó una esposa y tres hijas. Le decían ‘Picho’ y trabajaba en una empresa vinculada a la industria de la construcción. Sus amigos y docentes recuerdan que era simpático y bromista.
Hernán Ferruchi, 48 años, se graduó de arquitecto en la estatal Universidad Nacional de Rosario, una de las más prestigiosas del país.
Entre sus trabajos más importantes están unos edificios de apartamentos en la exclusiva y remodelada zona del Puerto Norte rosarino, a orillas del río Paraná.
El arqutecto rosarino Diego Angelini, de 48 años, fue otra de las víctimas del Antentado junto a su colega Hernán Mendoza, también de 48 años.
Este último había representado a Argentina en un Campeonato Sudamericano de atletismo. Jugó al rugby en el equipo Duendes. Tenía un hijo varón y dos hijas mujeres.