La censura sobrevuela también la conducta de los animales que viven en libertad en territorio keniano. O al menos de dos leones machos que fueron descubiertos en el parque natural Masai Mara, al sur del país, por la cámara del fotógrafo especializado Paul Goldstein la semana pasada. Su único pecado, a ojos de Ezekial Mutua —el actual responsable del Instituto de Clasificación de Películas de Kenia (KFCB en sus siglas en inglés)— es encontrarse uno encima del otro en posición de apareamiento en una apartada zona de maleza. «Su conducta es extraña y creo que la única explicación es que los animales hayan visto a parejas homosexuales en conductas impropias cuando éstos visitan el parque», afirmó en unas declaraciones recogidas por un periódico local de la capital.
Mutua, que ha provocado un revuelo de indignación en las redes sociales, fue más allá y sostuvo que los leones también pueden ser conducidos por «fuerzas demoníacas» debido a que los demonios «no sólo poseen a las personas». Este funcionario es una figura conocida en Kenia al posicionarse en contra de la comunidad LGTB unido a su afán por prohibir cualquier película en la que se promuevan valores relacionados con la homosexualidad. Todo ello le ha valido el calificativo de «policía de la moralidad». Una forma de ejercer su oficio que también extrapola a Twitter: «Los científicos deberían estudiar este comportamiento. Como en las personas, el principal propósito del sexo es la procreación», escribía el pasado 2 de noviembre.
Una afirmación que concuerda con la pretensión del organismo que gestiona, amparado por el Ministerio de Deportes y Cultura, de promover «los valores nacionales» y proteger a los más pequeños de «contenidos dañinos». El último programa televisivo que no ha pasado el corte ha sido Andi Mack, del canal Disney Channel. La serie, que acaba de estrenar su segunda temporada, trata sobre la identidad sexual de uno de sus personajes principales. «Los niños deben recibir la información adecuada de que la familia consiste en la unión entre personas de sexo opuesto», sostuvo Mutua en otro tuit y añadió que «ningún programa infantil con contenido gay se emitirá en el país».
Sin embargo, Mutua ha ido un paso más allá para encontrar una explicación a la «inusual conducta» entre los leones de Masai Mara. «Ambos necesitarían terapia, porque los animales no ven películas». En un momento de la entrevista, incluso, el funcionario deja la puerta abierta a la posibilidad de que fueran dos mamíferos del sexo contrario: «Me gustaría disponer de sus registros para confirmar si son realmente dos leones machos». Hasta 2010, se habían registrado en el mundo cerca de medio millar de especies que mantenían algún tipo de actividad sexual entre miembros del mismo sexo.
Algunos usuarios de Twitter no han tardado en mostrar su rechazo a las deducciones vertidas por Mutua. «Ve y aíslalos tú mismo si eres lo suficientemente hombre», escribía un usuario después de que el funcionario opinara que a estos animales «habría que apartarlos del resto». Otros, argumentaban sobre su trabajo de censor: «Deberías prohibir los programas con robos, violencia y tiroteos porque también son ilegales en Kenia», informó elpais.
Según recoge Amnistía Internacional, el Tribunal Superior de Mombasa confirmó el pasado junio la legalidad de «practicar exploraciones anales» a hombres sospechosos de mantener relaciones entre ellos. Una sentencia que vulnera el derecho a la intimidad como estipula el derecho internacional. En la actualidad, Kenia es uno de los 18 países africanos que imponen penas de hasta 14 años por este tipo de actos. De momento, la censura no ha llegado al mundo animal en libertad.