Un nuevo caso de femicidio conmueve a Argentina, después de que la madrugada del último sábado, Damián Alejandro Gómez (27) fuese sorprendido in fraganti asesinando a su expareja, Ailín Torres (26).



El crimen ocurrió luego de que la víctima llegara a su departamento en Tandil (provincia de Buenos Aires) junto con su actual novio, un policía de profesión, tras asistir a una fiesta.

El policía se quedó en el dormitorio principal, mientras que la mujer fue al baño, donde estaba escondido Gómez, quien apuñaló en reiteradas ocasiones a Torres, causando su muerte casi instantánea y sin que su actual novio pudiese intervenir, consigna diario Clarín de Argentina.



Tras el asesinato, el victimario se habría intentado suicidar en el lugar, mientras el policía al escuchar los gritos de la mujer fue al baño, donde observó a Gómez sujetando a Torres y apuntándole con el cuchillo al cuello.

“El policía le dijo: ‘Pará, quedate tranquilo, vamos a hablar’. Para frenarlo también le tiró una botella. Pero, según el relato del testigo, no pudo detenerlo y Gómez le clavó el cuchillo (a Ailín)”, señaló el fiscal Gustavo Morey

“El policía dejó el departamento en busca de auxilio, pero como no encontró a nadie corrió una cuadra hasta su casa para buscar su arma. En el camino, alertó a las autoridades”, agregó el persecutor.

El actual novio al regresar se percató que sus colegas habían llegado al edificio del crimen y cercado el lugar, pero tuvieron que contenerlo y quitarle su arma de servicio, porque intentó agredir a Gómez.

Antecedentes de violencia

Torres y Gómez mantuvieron una relación sentimental por casi 10 años, en donde ambos llegaron a interactuar con las familias de sus parejas, pero que en su ocaso tuvo episodios de violencia.

“En los últimos tiempos, había tenido episodios violentos: le pateó la puerta de la casa, rompió un vidrio. Pero mi prima pensó que ya se le iba a pasar y que tenía la situación controlada, por eso no lo denunció”, dice un primo de la mujer.

La relación había concluido hace unos meses, lo que obligó al acusado a abandonar el departamento que compartían y en donde ocurrió el femicidio de Ailín.

“No lo podemos creer porque Damián era como de la familia. Venía de un entorno complicado y mis tíos (los padres de Ailín) lo habían recibido. Ahora trabajaba de remisero (transportista), pero por mucho tiempo se dedicó a ayudar a mi tío, que es herrero”, señala el entorno de la víctima.

Ailín Torres trabajaba en un centro de belleza para mascotas y además prestaba funciones de forma voluntaria en organizaciones para la ayuda de animales maltratados.