El Departamento de Justicia estadounidense anunció este martes que decidirá rápidamente sobre la designación de un fiscal especial para investigar a la excandidata demócrata Hillary Clinton por una controvertida venta de uranio a Rusia durante el gobierno de Barack Obama.

La revelación de la decisión, explicada en una carta a legisladores, coincide con el testimonio este martes ante una comisión del Congreso del Secretario de Justicia y Fiscal General, Jeff Sessions, sobre los presuntos contactos del equipo de campaña de Donald Trump y Rusia durante la pasada campaña electoral de Estados Unidos.



La carta también asegura que se está revisando de la investigación del FBI del año pasado sobre el uso por parte de Hillary Clinton de un servidor personal para enviar correos electrónicos oficiales, y en algunos casos confidenciales, cuando era secretaria de Estado.

Desde su elección hace un año, Trump ha sugerido repetidamente que el Departamento de Justicia debe investigar los señalamientos contra Clinton.



Ante los miembros de la comisión de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes, Sessions prometió una rápida decisión sobre la eventual designación de un fiscal especial para investigar a Clinton, y aseguró que la evaluación se hará «sin influencias políticas».

«Pueden estar seguros de que será hecho sin influencias políticas, de forma correcta y apropiada», dijo.

Pero los demócratas aseguran que cualquier decisión de ese tipo representaría una politización inaceptable del sistema judicial del país.

«Si el fiscal general se deja presionar por el presidente Trump y sus aliados, y selecciona un consejero especial para investigar a la rival de Trump, podría significar el fin del Departamento de Justicia como una institución independiente», dijo el representante demócrata Adam Schiff.

– Contraataque –

Sessions, quien fungió como jefe de los asesores en política exterior de la campaña de Trump en 2016, comparecía por segunda vez en el marco de la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones, luego de que se revelaran contactos de integrantes de su equipo asesor con representantes de Moscú. Él ya había dicho bajo juramento no saber de ningún tipo de colusión.

Pero este martes dijo que había olvidado mencionar la vez anterior una reunión ocurrida en marzo de 2016 con Trump, cuando era candidato, en la que se habló sobre los contactos.

«Según lo que mejor puedo recordar, creo que quería dejarle claro (al asesor George Papadopoulos) que no estaba autorizado para representar a la campaña ante el gobierno ruso o cualquier otro gobierno», testificó Sessions sobre ese encuentro.

Papadopoulos, el primer sentenciado en el marco de la investigación sobre la injerencia rusa en la elección de 2016, se declaró culpable de mentir al FBI en un pacto que dejó claro que está colaborando con el fiscal especial Robert Mueller, a cargo de la investigación.

La solicitud de líderes republicanos y del propio Trump de investigar a Hillary Clinton y la venta de una empresa de uranio a Rusia durante la presidencia de Obama, es vista como un contraataque republicano.

Según la carta a los legisladores, entregada el lunes, Sessions ordenó a altos fiscales evaluar la venta de la minera y «las supuestas negociaciones ilegales relacionadas con la Fundación Clinton y otros asuntos».

Los fiscales determinarán si existen asuntos que deben ser investigados, si una investigación en curso necesita más recursos o si hay asuntos que requieren la designación de un fiscal especial, indicó el texto, firmado por el Fiscal General adjunto Stephen Boyd.

Congresistas republicanos investigan la venta en 2010, mientras Clinton era la jefa de la diplomacia de Obama, de la minera canadiense Uranium One a la estatal rusa Rosatom.

Esa venta otorgó a Rosatom 20% de las reservas estadounidenses de uranio, y fue decidida luego de que Uranium One realizara varias donaciones a la Clinton Foundation, del expresidente Bill Clinton.