El hidrógeno es uno de los elementos más abundantes del universo. Es un gas incoloro e inodoro, prácticamente inexistente en su forma molecular. Sin embargo, como compuesto, lo hay en cantidades prácticamente incalculables. Entre los compuestos del hidrógeno que se encuentran sobre la superficie, el más frecuente, de lejos, es el agua. Y el agua, junto al viento, son precisamente los dos elementos con los que se puede lograr el que para muchos el que se postula como el combustible del futuro.
Y es que el hidrógeno va a ser un pilar clave de la transición energética. Así lo ractifican desde el Consejo del Hidrógeno a través de un estudio con el apoyo de la consultora McKinsey. Dicho estudio demuestra que este vector energético tiene el potencial de desarrollar actividades empresariales por valor de 2,5 billones de dólares y de crear más de 30 millones de puestos de trabajo para 2050.
Llevando la visión del Consejo del Hidrógeno a un nivel superior, el trabajo, titulado «Hydrogen, Scaling up», esboza una hoja de ruta exhaustiva y cuantificada para escalar el despliegue del hidrógeno en los próximos años y su impacto capacitador sobre la transición energética. Es más, desplegado a escala, el hidrógeno podría suponer una quinta parte de la energía final total consumida para 2050. Con ello, se reducirían las emisiones anuales de CO2 en unas seis gigatoneladas con respecto a los niveles actuales. Además, se contribuiría aproximadamente a un 20% de la reducción necesaria para limitar el calentamiento global en dos grados Celsius.
En el extremo de la demanda, el Consejo del Hidrógeno ve potencial para que el hidrógeno alimente entre 10 y 15 millones de turismos y 500.000 camiones para 2030, además de tener otros muchos usos en diversos sectores, como procesos industriales y materias primas, calefacción y energía de edificios o generación energética y almacenamiento. En total, el estudio pronostica que la demanda anual de hidrógeno podría multiplicarse por diez para 2050 lo que supondría el 18% de la demanda energética final total en el escenario de dos grados de 2050.
Viabilidad
Para alcanzar la escala necesaria harían falta inversiones sustanciales: aproximadamente, entre 20 y 25.000 millones de dólares al año hasta 2030, hasta un total de unos 280.000 millones. Dentro del marco normativo adecuado, que debe incluir políticas estables de coordinación e incentivación a largo plazo, el informe considera que recoger esas inversiones para aumentar la escala de la tecnología es viable., informó abc.
Actualmente, el mundo ya necesita inversiones de más de 1,7 billones de dólares en energía cada año, incluidos 650.000 millones en petróleo y gas, 300.000 millones en electricidad renovable y más de 300.000 millones en la industria del automóvil.