Comer dos hamburguesas parece mucho peor que comer una sola junto a una porción de papas fritas, sin embargo, según la nutricionista británica Emily Field es mucho mejor la primera opción.
La especialista presentó este curioso enfoque en el portal Business Insider, donde llamó a las personas a equilibrar la ingesta de grasa, carbohidratos y proteínas, porque esto ayuda a frenar los antojos y mantener los niveles de energía estables durante todo el día.
En este sentido, ella propone que en lugar de agregar papas fritas a tu orden de comida chatarra, mejor pidas una segunda hamburguesa.
Para contextualizar su punto, Field explica que la proteína alimenta los músculos y te mantiene satisfecho, los carbohidratos proporcionan energía y la grasa nos ayuda a absorber vitaminas y minerales para que las células estén sanas. Que estos nutrientes se encuentren equilibrados significa que tendrás menos antojos, menos deseo de atracones de comida y más control cuando comas. “Entonces, si una comida tiene un buen equilibrio de esas tres cosas, es una buena elección”, plantea la experta.
“Quiero que las personas puedan acercarse a cualquier alimento, a cualquier situación, y saber que aún pueden hacer una elección responsable con su cuerpo”, explicó.
De hecho, un estudio reciente publicado en la revista Nutritional Metabolism sugiere que el equilibrio es importante debido al papel que juegan los diferentes macronutrientes en la regulación de nuestros niveles de azúcar en la sangre.
En el cuerpo, las grasas y las proteínas reducen la velocidad de descomposición de los carbohidratos en azúcar, actuando como una especie de amortiguador contra caídas y alzas bruscas en los niveles de insulina. Por lo tanto, cuando consumes una comida rica en carbohidratos y baja en proteínas, como un tazón de cereal, es más probable que observes desequilibrios rápidos en los niveles de azúcar en la sangre.
Eso puede traducirse en un estallido de energía de corta duración seguido de cansancio y fatiga, síntomas que típicamente se manifiestan entre una y tres horas después de una comida, expresó Field. Sin embargo, agregar un poco de proteína y grasa al mismo plato de cereal, como un yogur natural rico en proteínas o algunas nueces, puede ayudar a evitar ese choque.
Field recomienda tener en cuenta esto cuando planifiques una comida preguntándote: “¿Cómo me sentiré dos horas después de comer eso?”.
“Aplicar esa sabiduría a la comida rápida podría significar optar por dos hamburguesas en lugar de un adicional de papas fritas”, dijo.
“Al cambiar las papas fritas por una segunda hamburguesa, estás casi doblando tu ingesta de proteínas mientras reduces la cantidad de grasa y carbohidratos que estás comiendo. Como la comida rápida ya tiene un alto contenido de grasas y carbohidratos y muy poca proteína, este simple cambio puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre”, señaló la profesional.
La opinión de especialistas locales
La nutricionista Daniela Gómez, creadora de Punto de Nutrición, concuerda con su colega británica, precisamente por el tema del equilibrio.
“Es real, si contemplamos el aporte de las hamburguesas, que en el fondo es proteínas (hamburguesa como tal) más carbohidrato (pan) … es mejor la proporción, porque podría ser incluso ‘equilibrado’ para un almuerzo . Y esto es porque si consumimos más carbohidratos (papas fritas) que además están fritas, estás aumentado aún más su nivel calórico proveniente de carbohidratos, además que las papas fritas generan una respuesta insulínica”, comenta.
“En cambio la hamburguesa al tener proteínas no aumentan el índice glicémico. Ojo que esto es sólo si consideramos cantidades. Pero si vemos los ingredientes de esa hamburguesa, es decir, la calidad, probablemente encontremos una carne alta en grasa y con mucho sodio, que en una persona con hipercolesterolemia o hipertensión sería contraproducente”, señala.
“Pero incluso si vas a un restaurante como Mr. Jack, donde las hamburguesas son 100% vacuno y lo pides en pan pita estás equilibrando porciones adecuadamente. Quizás la carne de cadenas como McDonald’s sea de peor calidad”, añade.
Por su parte, Cecilia Cruz, nutricionista de Clínica Ciudad del Mar, dice estar de acuerdo, pero en situaciones específicas, como cuando no tienes otra alternativa en el momento más que comida rápida. “Preferir dos hamburguesas en vez de una porción papas fritas -como lo expone la colega británica-, es menos perjudicial y mejor nutricionalmente, ya que aportas más proteínas, menos grasas y carbohidratos, lo que evita alzas de glicemias e insulina, que posteriormente se traducen en el aumento del apetito”.
Gómez, por otro lado, afirma que no deberías consumir comida rápida más de una vez por semana y si lo haces, debería ser en la proporción adecuada. “Sustituyendo por ejemplo un almuerzo: 3/4 taza de arroz con 100 gramos de pollo es equivalente a 100 gramos de hamburguesa + 50 gramos de pan”, indica.
“Recordemos que si comemos todos los días esta hamburguesa, quizás no aumentemos tanto en peso, pero si estamos arriesgando nuestra salud porque como comente anteriormente la calidad no suele ser saludable”, agrega.
Pero, ¿qué pasa si un día nos excedemos con la ingesta de comida? En este caso, Gómez recomienda que al día siguiente controlemos las porciones de carbohidratos totales y escojamos alimentos de fácil digestión. “Como fruta cítrica, leche cultivada, avena, pepino, hojas verdes, y pescado que es una de las proteínas de más fácil digestión. Lógicamente también eliminando azúcares y alcohol”, aconseja. Cruz también sugiere tomar mucha agua y hacer ejercicio, para luego rápidamente retomar tu alimentación saludable diaria.
Ambas nutricionistas coinciden en que es poco realista eliminar por completo la comida rápida de nuestra dieta. “Es parte de nuestra realidad y creo que es parte de un buen vivir, no hay que ser tan extremo. Pero sí, es importante etar consciente de que si lo hacemos todos los días no sólo aumenta nuestro peso, sino que también aumentamos la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas. Sin embargo, si lo hacemos una vez cada diez días no pasa nada. Es más, yo aconsejo a mis pacientes que lo hagan siempre y cuando estén sanos y tengamos controlada cualquier tipo de patología”, plantea Daniela.
“Debemos ser flexibles, se nos presentarán a lo largo de nuestras vidas situaciones en que tendremos que elegir comida rápida. Lo importante en saber qué debo comer, qué elegir, y nunca en exceso, siempre consciente (con los sentidos, alerta) de lo que comeré”, dice Cecilia.
La nutricionista de Clínica Ciudad del Mar también indica que dentro de la comida rápida tenemos la posibilidad de elegir alimentos más saludables. “Si vamos a comer comida rápida, debemos buscar preparaciones que traigan los macronutrientes principales, como lo son las proteínas, hidratos de carbono y grasas (seleccionadas). Hoy en día existen múltiples opciones a las que se puede optar en caso de comida rápida como sándwich saludables o shawarma”, concluye.