No sabemos si hay vida más allá de la muerte, pero de lo que cada vez está más segura la comunidad científica es de que tiene que haber necesariamente vida más allá de la Tierra. La astrobiología es el último campo inaugurado por la ciencia, y aunque por ahora sus esfuerzos están centrados en localizar moléculas o bacterias en Marte o en las lunas de Júpiter y Saturno, hace poco se abrió un panorama de lo más esperanzador con la detección masiva de exoplanetas con las mínimas condiciones para albergar vida, tal como la conocemos. ¿Habrá vida inteligente en alguno de ellos? ¿Podemos comunicarnos? Ante esa posibilidad, Sónar, el festival de música, creatividad y tecnología, está empezando a calentar motores para su edición de 2018 en Barcelona -en la que celebrará su 25 aniversario- con un programa llamado Sónar Calling y que tiene un objetivo aventurero: contactar, si fuera posible, con otras formas de vida en otros sistemas solares, y a ser posible, que los extraterrestres respondan.
Durante más de dos décadas, Sónar ha sido un evento especializado en detectar los sonidos más novedosos o experimentales de la Tierra. Ahora, desde la Tierra se va a enviar música electrónica al espacio, concretamente hacia el planeta GJ273b, que orbita alrededor de la estrella vecina de Leyten, a 12.4 años luz de nuestro sistema, y que reúne las características para ser potencialmente habitable. El programa Sónar Calling, que está enmarcado en las actividades del congreso de tecnología creativa Sónar+D -que tendrá lugar, como el festival de música, entre el 14 y el 16 de junio del año próximo-, consiste en emisiones de radio especialmente dirigidas a GJ273b, y codificadas para que una inteligencia avanzada las pueda recibir, desencriptar y comprender.
En el paquete de información -que se ha empezado a emitir hace unos días desde la antena de EISCAT (la Asociación Científica Europea de Dispersión Incoherente), ubicada en la ciudad noruega de Tromso, en pleno círculo polar ártico, y que volverá a hacerlo en abril de 2018- se incluyen 33 piezas musicales de 10 segundos, especialmente comisionadas por Sónar, y creadas por artistas como Richie Hawtin, Jean-Michel Jarre, Matmos, Laurent Garnier, Modeselektor, The Black Madonna, Kode9 y Holly Herndon, entre otras muchas figuras principales de la música electrónica actual.
La última vez que se envió desde la Tierra un mensaje musical al espacio exterior con el ánimo de que algún día fuera interceptado por una inteligencia extraterrestre fue hace 40 años, cuando se lanzó la sonda Voyager con el disco dorado ‘The Sounds of Earth’, que incluía saludos en diferentes lenguas, sonidos de la lluvia, el viento y el trueno, y varias creaciones musicales. El programa Sónar Calling resulta aún más ambicioso porque no consiste en lanzar un mensaje en una botella al enorme océano cósmico, sino de dirigir la señal a un punto específico. Si alguien respondiera inmediatamente, la señal volvería dentro de 25 años, cuando Sónar celebre -si dios quiere- su 50 aniversario.
Las probabilidades de respuesta, de todos modos, son escasas. «Leyten es una estrella muy cercana. 12.4 años luz no son nada en la escala del cosmos», explica el físico teórico Christophe Galfard, antiguo discípulo de Stephen Hawking. «Si hubiera vida inteligente ahí, seguramente ya nos habrían encontrado». El programa Sónar Calling se hace en colaboración con el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña y METI International, una organización científica que promueve la búsqueda activa de vida inteligente y su contacto inmediato. Algo que Hawking, por cierto, desaconseja: el profesor sostiene que hay que buscar vida ahí fuera, pero no deberíamos hacernos visibles porque quien pueda detectar nuestras emisiones sería, en una alta probabilidad, una civilización más avanzada (y más hostil) que la nuestra. Una tesis aceptada por la NASA, que no colabora en la iniciativa de Sónar.
Sin embargo, la curiosidad por explorar el espacio y buscar vida inteligente es una necesidad humana, y Sónar se ha lanzado a una aventura que podría traer alguna sorpresa en cinco lustros. Porque si hay alguna manera de comunicarse con extraterrestres -así se hacía en la película ‘Encuentros en la tercera fase’, y así lo tenemos asumido en la cultura popular-, tiene que ser con música.
Fuente: Elmundo.