Con su imponente físico, sus múltiples tatuajes y notorios aros, Sven Marquardt cumple con los típicos atributos que cualquiera se imaginaría de un guardia de uno de los clubs de electrónica más famosos, aunque también intrigantes, de Alemania.
Y es que su fama no es producto de la casualidad, ya que Sven -quien forjó su juventud en la Alemania Oriental siendo punk- es conocido por su implacable actuar en la entrada de Berghain, una discoteque cuyas fiestas pueden comenzar un viernes en la noche y extenderse fácilmente hasta la mañana del lunes.
Lo que antiguamente fue una central eléctrica hoy en día es considerado como un lugar en el que los visitantes pueden pasarlo bien y al mismo tiempo satisfacer sus placeres más ocultos.
Destino obligado para los amantes del underground, lo que más atrae a los visitantes es tanto lo que ocurre en su interior como también las historias que de este club se cuentan.
Y ahí, en la entrada de este lugar, trabaja Sven como guardia de seguridad, en un lugar en el que es tan famoso como respetado, ya que de él depende si podrás entrar o no, una decisión que por cierto no es objetable.
Después de todo, nadie osa a meterse con este imponente portero, quién a su vez es secundado por un grupo de escoltas.
Porque cuando muchos podrían pensar que bastaría con vestirse bien, llevar una buena tarjeta de crédito y no hacer ningún escándalo, Sven utiliza criterios que sólo él conoce para dejar entrar, o no, a una persona.
En Berghain la experiencia comienza desde el mismo momento en que te formas en la fila para tratar de entrar, ya que nada te garantizará poder sortear el filtro de Sven.
Y no importa si eres un millonario o una estrella del espectáculo. Si a él no le parece, sencillamente te quedarás fuera.
El reconocido conductor de televisión norteamericano Conan O’Brien puede dar fe de aquello: tras intentar entrar un lunes en la mañana, de manera educada le pidieron que se devolviera tras advertir su actitud de bromista frente a una cámara.
Otro caso es el del DJ Felix da Housecat, conocido en la escena House, quien luego de que le impidieran entrar armó un gran escándalo, argumentando que se trataba de una estrella de la música.
“Cuando alguien llega hasta la puerta del club, yo decido si entra o no y la decisión es subjetiva”, comentó en una entrevista ofrecida al periódico español El Mundo.
“Berghain no es un lugar para curiosear, sino para pasarlo bien. Las dos ideas principales del club son la música y la fiesta, y yo debo asegurarme de que quien entra esté ahí porque siente la música y quiere fiesta. Mi responsabilidad es que la noche funcione de la manera más pacífica posible”, agregó.
En internet hay varios blogs y sitios en los que se entregan supuestos tips para poder entrar: no ir en grupos demasiado grandes pero tampoco solo, ir en actitud tranquila, estar vestido de negro o no hablar para no demostrar que se es extranjero son algunas de las claves que -se asegura- sirven.
Sin embargo, Sven se ha encargado de desmentir todas estas especulaciones en las entrevistas que ha dado. “Me esfuerzo por desmontar esos mitos, pero no hay manera. Se forman a partir de rumores sin ningún fundamento”, explicó.
El alemán tiene una frase con la que resume el modo en el que selecciona a quienes tendrán el privilegio de disfrutar de la fiesta en Berghain.
“Tú llegas, nos miramos a los ojos, yo te inspecciono, y te digo si entras o no”, sostuvo.