El controvertido médico australiano Philip Nitschke ha dado a conocer su último invento: una máquina para asistir a personas que quieran suicidarse de modo “sencillo, eficaz y sin dolor”, informa un comunicado de prensa de la organización Exit International, la diseñadora.
El aparato permite acabar con la vida de la persona en pocos minutos y de “forma segura”, según la promoción. Para mayor facilidad, los planos para ensamblar el dispositivo están subidos a internet “y se podrán descargar gratuitamente para crearlo con una impresora 3D en cualquier lugar”.
Sarco, como bautizaron a la máquina, estará disponible para todos los usuarios una vez que aprueben un test psicométrico. La prueba permite comprobar la aptitud mental del sujeto para tomar la decisión.
El aparato, diseñado para la comodidad de los clientes, presenta una cámara transparente para acostarse. Una vez introducido, el suicida presiona un botón para que el dispositivo se llene de nitrógeno líquido y el nivel de oxígeno se reduzca un 95 por ciento. A los pocos minutos quedará “dormido”. Nitschke incorporó un botón de “pánico”, por si la persona se arrepiente a último momento.
Según Exit Internacional, el invento posee un valor agregado: una vez culminada su función, la máquina puede ser utilizada como ataúd. Algunas clínicas suecas se han interesado por la patente, con el fin de emplearlo en sus instalaciones, informan medios internacionales.
La eutanasia es una de las prácticas más controvertidas por la ética médica. Solo está aprobada legalmente en Bélgica, Colombia, Luxemburgo, Países Bajos, Canadá, algunas regiones de Australia y en Estados Unidos bajo condiciones específicas.