El presidente venezolano, Nicolás Maduro, afirmó la noche del viernes que el gobierno de Donald Trump está acabando con su paciencia, tras sanciones de Estados Unidos contra cuatro militares entre activos y retirados.
«Tengo la paciencia al límite con el gobierno imperialista de Donald Trump. No voy a aceptar una más de este gobierno agresor. Se agota la paciencia», advirtió Maduro en una alocución radiotelevisada.
El mandatario socialista autorizó a la Fuerza Armada a responder por escrito, «con contundencia», a lo que describió como «un chantaje» de la Casa Blanca.
«Mandan un mensaje: los vamos a seguir sancionando a menos que ustedes (…) obedezcan al gobierno de los Estados Unidos y les levantamos las sanciones. ¿Obedecer? ¿Esta Fuerza Armada? Eso se acabó», agregó.
Más temprano su canciller, Jorge Arreaza, señaló en Twitter que la institución militar «jamás se doblegará ante ningún poder extranjero y mucho menos ante las fuerzas imperialistas y guerreristas del gobierno supremacista de Donald Trump».
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó el viernes a los altos funcionarios venezolanos Rodolfo Marco Torres, Gerardo Izquierdo Torres, Francisco Rangel Gómez y Fabio Zavarse Pabón, por «corrupción» o «represión» contra protestas opositoras que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio pasados.
Según la nota oficial sobre las medidas, los cuatro «olvidaron la misión profesional republicana» de las instituciones castrenses venezolanas.
Trump «y su pintoresco gobierno deben entender que Venezuela jamás cederá a chantajes ni amenazas», expresó a su vez Delcy Rodríguez, presidenta de la Asamblea Constituyente, integrada únicamente por chavistas y que rige en el país desde agosto como poder absoluto.
Calificada por la oposición como una maniobra de Maduro para establecer «una dictadura comunista», la Constituyente es desconocida por Estados Unidos.
Los sancionados de este viernes se suman a una larga lista de altos funcionarios venezolanos contra los cuales Washington ha aprobado medidas, incluido el propio Maduro.
La administración Trump, además, prohibió a ciudadanos y empresas estadounidenses negociar deuda emitida por el gobierno venezolano y su estatal petrolera PDVSA.
Tanto el país como la compañía fueron declarados en default selectivo por pagos atrasados de intereses y capital de bonos de deuda.