Un grupo de científicos chinos ha encontrado la explicación a las fenomenales capacidades del los ciempiés a la hora de paralizar y matar a sus víctimas en cuestión de segundos. Los animales a los que mata el ciempiés, por ejemplo, murciélagos o ratones, incluso pueden tener un tamaño hasta 15 veces mayor que estos artrópodos.
Según recoge el estudio de los especialistas chinos, la clave se halla en el veneno que generan, el cual contiene un elemento denominado por los investigadores como «toxina terrorífica» (‘spooky toxine’, en inglés).
Este químico, un péptido, bloquea el movimiento del potasio dentro y fuera de las células de los mamíferos. Dado que los canales del potasio se encuentran en todo el cuerpo, una mordedura de un ciempiés interrumpe simultáneamente los sistemas cardiovascular, respiratorio, muscular y nervioso.
Estudiando cómo el ciempiés de cabeza roja mata a los ratones, los científicos han planteado la hipótesis de que la «toxina terrorífica» detiene el flujo sanguíneo al corazón del animal atacado, lo que le provoca insuficiencia cardíaca y finalmente la muerte.
Los científicos también han estudiado el químico que inhibe los efectos de la mordedura de estos miriápodos, denominado retigabina.
Aunque las muertes humanas a causa del veneno de los ciempiés son extremadamente raras, sus mordeduras son más que desagradables. En Hawái (EE.UU.) es frecuente que personas atacadas por estos artrópodos acaben en centros médicos, señala The Washington Post.