El actor estadounidense Jim Carrey no será juzgado por la muerte de su novia, que se suicidó en septiembre de 2015, después de que el caso fuera desestimado, informaron hoy fuentes oficiales.

El exmarido y la madre de Cathriona White, Mark Burton y Brigid Sweetman, denunciaron a la estrella de Hollywood por facilitar presuntamente las sustancias que le provocaron una sobredosis.



También aseguraron que el protagonista de «La máscara» y «Ace Ventura» le contagió tres enfermedades de transmisión sexual.



«Todo lo que puedo decir es que el caso fue desestimado», declaró a la AFP el publicista de Carrey.

Los demandantes pidieron desestimar el caso el 25 de enero, según documentos presentados ante la Corte Superior de Los Ángeles. Una fuente judicial lo corroboró, aunque no ofreció más detalles.

El bufete de abogados que representa a los familiares de White, Eagan Avenatti, señaló en un comunicado que esta situación no deja «limpio» a Carrey ni que el caso haya terminado.

«Los términos de la desestimación voluntaria y las circunstancias que llevaron a ella no han sido reveladas», explicó el cofundador de la firma Michael Avenatti.

La denuncia, presentada en septiembre del año pasado, señalaba que el actor había «usado su inmensa riqueza y popularidad» para conseguir los opiáceos para ella.

El exmarido de White afirmó entonces que Carrey compró las drogas bajo el nombre de «Rey Arturo» y que posteriormente «ocultó su involucramiento y culpabilidad» en el suicidio.

El forense confirmó que la mujer murió por una mezcla letal de zolpidem (un hipnótico), propanodol (un beta bloqueante) y un derivado del paracetamol (un analgésico).

La demanda sostenía por otro lado que la estrella de Hollywood estaba obsesionada con controlar y manipular a White, que tenía 30 años cuando murió y con la que mantuvo una relación intermitente desde 2012.

La prensa afirmó que la joven murió pocos días después de que ella y Carrey terminaran su relación.

Carrey presentó a su vez una contrademanda, que fue desestimada «parcialmente», por asegurar que las acciones en su contra tenían el objetivo de aprovecharse de un actor famoso.

White ya había contemplado suicidarse durante los tres años previos a su muerte. Muchos de los mensajes de despedida que escribió tenían una frase común: «No estoy hecha para este mundo».