De nuevo los exponentes urbanos locales se están dejando seducir por las líricas pasadas de tono, y evadiendo el compromiso de grabar letras limpias. A principio de su creación, la música urbana de República Dominicana llevaba en sus raíces (el hip hop) promover los derechos humanos y la cultura a manera de rebelión contra los sistemas políticos; a poco tiempo, debido a su popularidad fue mutando su contenido a un estilo mediocre y, por lo tanto, más comercial para las masas.
El promover la vulgaridad, la violencia y el sexo fácil en este género musical era una práctica que resultaba divertida tanto para el emisor como para el receptor. Con el paso del tiempo los exponentes fueron amasando fortuna y el incrustarse en otras clases sociales los llevó a reducir esta forma asqueante de hacer música.
Hoy en día esta práctica de letras sucias está imperando de nuevo, contribuyendo a un “desagrado social” que día a día crece por falta educación y valores.
Aunque son muchos los talentos quienes no miden el alcance ni las consecuencias de sus canciones al momento de entrar a un estudio de grabación, dentro de los más populares que deberían dar el buen ejemplo por la oportunidad que se le ha dado, se puede mencionar a Shelow Shaq como uno de los principales obreros urbanos que suscita un mensaje negativo en sus temas.
Canciones como “Tu maldita madre” en sus ambas versiones, “Me bebí una pastilla”, y la mayoría de su participación en remix y featuring en el 2017, este artista urbano se la pasó dando catedra de cómo ser el líder de la violencia y la vulgaridad.
A esta modalidad se suma El Lápiz, ¡sí, El Lápiz!, el mismo que se pasa todo el tiempo promulgando ser una especie de deidad libertador de los oprimidos siendo “conciente”, que de consciente no tiene nada, ya que lo que hace con las manos lo desbarata con los pies. Después de lograr un año de éxito con su álbum “Latidos”, su imagen mermó en la clase alta debido a sus temas “Tamo Jevi” y su participación en “Limonada coco remix”. En ambas canciones hace uso de un lenguaje aberrante.
Fama con violencia.
Aunque El Alfa hoy en día goza de un buen momento, esta fama la ha ganado a base de sembrar en sus temas sexo y violencia como en sus temas “Suave”, “Uzi”, “Millonario al tiro” y muchos más que lo han llevado a estar en la palestra pública por más de ocho años.
Ante todo esto, Listín Diario consultó algunas figuras que trabajan en la colocación y difusión de la música urbana sobre el motivo que conlleva a estos jóvenes a dar un mal ejemplo en la sociedad. “En la radio están apoyando esas canciones, los dominicanos limpiaron y se quedaron atrás. Además, las plataformas más importantes en ventas digitales y música por streaming su top la dominan canciones de ese tipo, entonces el problema no es local sino mundial”, explicó Santiago Matías, mejor conocido como Alofoke.
Otras razones
De su parte, el famoso locutor Ignacio Ramos, conocido como El Chico Sandy, expresó que “la misma falta de formación, el interés de mantener la pegada por encima de los principios, si bien es cierto algunos han tratado de limpiar sus letras, pero en el trayecto o la transición el público ha hecho caso omiso a estos cambios, llevando en estos casos a esos artistas a sus raíces y grabar sus canciones con baja calidad de letras por el temor de no perder terreno en la pegada”.
A este renglón también se une la canción que actualmente mantiene una fuerte pegada llamada “Úsala” de TYS y La Manta, que al escucharla se puede apreciar claramente que hace referencia a que si vas a sacar una pistola úsala y “jala pa mata no para hacer bulto”.
Otros como Químico Ultramega, que incita al consumo de estupefacientes, El Nene en esa misma línea con un toque de sexualidad se pueden incluir en este listado.
A todo esto cabe destacar que quienes lideran a nivel mundial esta práctica son los puertorriqueños, pero en República Dominicana no se hace nada para regularizarlos, principalmente en las emisoras donde suenan más que los mismos locales. El tema se vuelve complejo. Y preocupante.