Las elecciones de 2020 vendrán cargadas de dinamismo, sorpresas: además de las “tradicionales peleas” de grupos por el control de los partidos, distinguidas figuras pueden ir en busca de una curul en el Congreso y las alcaldías. Se había dicho que el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, podría aspirar a la Presidencia; pero varios dirigentes me han confiado que presuntamente será candidato a senador por La Vega.
Aunque no me ofrecieron datos precisos, afirman que podría ser candidato a senador por Barahona o a alcalde por la capital, el activo ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo. Él, Peralta y el ministro de Educación, Andrés Navarro, son de los denominados “presidenciables” que, dentro del Gobierno, tienen la mejor imagen política.
A diferencia de los anteriores, son figuras opacas y de poca aceptación, pero aspiran el ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret; el administrador del Banco de Reservas, Simón Lizardo. La elevada cantidad de “contendores” se debe a que en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se maneja la “tesis” de que “con cualquiera se gana” por lo “débil” de la oposición. Olvidan que en política no hay enemigos pequeños: no se puede subestimar ningún contrincante.
Si la competencia fuese por el que ha acumulado más dinero y poder, “con cualquiera” de los más de 20 funcionarios que aspiran se gana fácil… Pues no. El dinero es importante aquí, allá y acullá, pero se requiere liderazgo, arrastre para ganar unas elecciones presidenciales; a pesar de las fallas del sistema político tradicional.
A excepción de Peralta, Castillo, Navarro, la vicepresidenta Margarita Cedeño y el pastor y exdiputado Carlos Peña, los funcionarios-aspirantes a la Presidencia han hecho poco o nada para aprovechar el cargo para construir o echar las bases de su propio liderazgo. No han aprovechado el empuje o las ventajas del cargo para moldear su imagen política.
Como primera dama y vicepresidenta, Cedeño logró desarrollar proyectos que tuvieron aceptación en la población. Carlos Peña, cuando fue diputado, logró aprobar más de nueve proyectos de su autoría; y desde hace tiempo desarrolla una intensa labor por todo el país con su novedosa iniciativa Generación de Servidores, que define como una corriente de pensamiento político, social, económico, administrativo y espiritual.
El Pachá y Robertico
Por el PLD iría en busca de una diputación Robertico Salcedo, al igual que “El Pachá” (Frederick Martínez). De ambos salen promociones en las redes sociales. Estas figuras de la televisión tienen mucha popularidad.
No me dijo por cuál partido, pero una comunicadora allegada a él me dijo que Cristian Casa Blanca, el clarividente que adivina los números de la Lotería, será candidato a senador por la provincia Hermanas Mirabal. Me explicó que aunque no lo promociona, desarrolla una intensa labor social, ayudando a personas pobres. Citó que cuando estuvo detenido se dedicó a ayudar a los internos de escasos recursos económicos, dándole la comida diaria y pagándoles la asistencia legal de abogados.
Podría ser candidato a senador por Monseñor Nouel, “El Torito”, Héctor Acosta, un destacado artista con sensibilidad humana. Buscaría la candidatura a senador por la capital por el PRM el controversial cirujano plástico Edgar Contreras, quien hizo un intento en las pasadas elecciones.
El alcalde capitaleño David Collado figura en las encuestas con mucho potencial para la candidatura presidencial; quiere ser Presidente el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez; y el exministro de la Juventud, Manuel Crespo, que recorre el país pregonando su propuesta.
Caras nuevas
Yo pienso diferente a casi todo el mundo, en relación con que a los jóvenes y a las mujeres hay que darle esto y lo otro: se inventan “cuotas”. Eso es un absurdo, ya que los partidos simulan cumplir con las “cuotas”, pero terminan favoreciendo a hijas, amantes, esposas, amigos y familiares de las cúpulas de las organizaciones.
Hay dirigentes que tienen la equivocación que por pertenecer a grupos o ser cercanos al expresidente Leonel Fernández, al presidente Danilo Medina, estos les pueden “traspasar” su liderazgo y seguidores para aspirar a una posición tan importante como la Presidencia.
El liderazgo no se traspasa, se construye en base a que el dirigente se debe capacitar en el arte de la política y al trabajo constante en la población de votantes y en las bases del partido. Para citar algunos casos: nadie regaló nada a Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez, Juan Bosch, Leonel, Danilo e Hipólito Mejía. Ellos pelearon sus espacios en la política.
En conclusión: los partidos tienen muchas caras nuevas (eso es bueno), pero tendrán, en base a su talento, que desplazar a “los viejos robles” que no quieren ceder los espacios que se ganaron con mucho sacrificio.
Por Robert Valenzuela