Cuando ya despuntaba su fama de narcotraficante y trataba de convertirse en un político del Partido Liberal, el 3 de octubre de 1980 en la Notaría Cuarta de Medellín, Pablo Emilio Escobar Gaviria firmó, tal vez, su primer testamento.
En el documento, conocido por SEMANA, el futuro capo del cartel de Medellín especifica que la mitad de sus bienes en caso de muerte irían para su esposa, Victoria Eugenia Henao; a su entonces único hijo, Juan Pablo, lo que le correspondiera por ley, además de toda su colección de carros antiguos y clásicos. Y sobre futuras hijas mujeres —años después nacería Manuela—, aclaró que de la “cuarta de mejoras que la ley otorga” recibieran bienes, muebles, enseres, porcelanas, adornos o electrodomésticos.
Sus padres y hermanos tendrían el 99 por ciento de la cuarta parte de toda la fortuna y destinó el 1 por ciento a una tía.
Sobre la existencia de este testamento habla Juan Pablo Escobar en el libro Mi padre, y relata que hubo un conflicto con la familia Escobar Gaviria. Dice: “Estábamos dispuestos a cumplir al pie de la letra su voluntad expresada en que el 50 por ciento le correspondía a mi madre como socia conyugal, el 37,5 era para mí y el 12,5 restante, denominado la Cuarta de Libre Disposición, para mis abuelos, Hermilda y Abel, para mis tíos paternos y una tía suya”.
En este testamento no se habla de montos de dinero y los anexos de las sucesiones son casi inconseguibles; se habla de una lista de obras de arte de alto valor, ya desmembrada y vendida en Colombia.
Después se hablaría de un segundo testamento elaborado por varias razones: el nacimiento de Manuela y por la persecución desatada contra los extraditables. En este documento sacó a algunos hermanos de la repartición. Pero lo sorprendente es que en dicho testamento se habla de una fortuna de unos 120 millones de dólares, un valor muy inferior teniendo en cuenta que Forbes llegó a tasar el patrimonio de Escobar en 3.500 millones de dólares a finales de los años ochenta.
La leyenda de la fortuna del máximo capo de la droga ha revivido con la decisión del juez primero penal del circuito especializado de extinción de dominio de Antioquia, que dictaminó extinguir el dominio de 16 bienes muebles e inmuebles que figuraban a nombre de Aura Ofelia Vásquez y de Luz Marina Velásquez Vásquez, madre y hermana del polémico John Jairo Velásquez, Popeye, uno de los pocos lugartenientes de Escobar que sigue vivo.
Entre los inmuebles de los familiares de Popeye se encuentra un apartamento y una casa ubicada en El Poblado, dos bodegas del barrio Cristo Rey y dos vehículos, uno de ellos de servicio público; una bodega en el barrio Guayabal y una casa de 868 metros cuadrados, a nombre de Óscar Diego Jaramillo Fernández, exesposo de la hermana de Popeye.
Pero esa decisión no solo toca bienes de Popeye, también se declaró la extinción de dominio de dos locales comerciales ubicados en Domo, un centro comercial de El Poblado; y un carro Mercedes-Benz modelo 1997, de placas LX 1865, propiedad de Victoria Eugenia Henao Vallejo, esposa de Escobar.
Estas no son las únicas colas que quedan de los bienes del capo. Los padres de Escobar eran humildes: Abel era un campesino, mayordomo de fincas y, sin embargo, su sucesión, a la hora de morir en 2001, valió 1.141 millones de pesos. Un documento presentado ante el juez once de familia de Medellín revela que tenía pasivos superiores a los 300 millones de pesos. Allí se puede leer que dejó “una finca denominada el Pantanillo, de la vereda La Cascada y conformada por varios lotes”, 13 lotes para ser exactos, y su valor total —a 2001 y con avalúo catastral— era de 128.000.000 de pesos. Además, dejó un apartamento de dos pisos ubicado en El Poblado con cuatro habitaciones, cuatro baños, terraza y piscina.
La propiedad más costosa es una finca de 14 hectáreas ubicada en El Retiro, que lindaba con una propiedad de su exjefe, Joaquín Vallejo, y que compró Hermilda Gaviria por 237.000.000 de pesos en 1979. El resto de inmuebles de la sucesión de Abel, 12 en total, aparecen adquiridos en la década del ochenta. Lo extraño es que el matrimonio siempre fue pobre, y antes de ese florecimiento económico solo había podido comprar en 1964 una casa humilde ubicada en Envigado, que a la muerte de Abel valía 22.000.000 de pesos.
La clave para saber de dónde vienen estas propiedades, que la justicia no ha tocado, como ahora sucede con las propiedades de los familiares de Popeye, aparece en el libro Mi padre: “Al cabo de un par de reuniones, los parientes entendieron que mi padre les había dejado el 12,5 por ciento de los bienes y sobre esa base estructuramos los acuerdos privados para cumplir el testamento. Así, los Escobar Gaviria recibieron numerosas propiedades libres de apremios judiciales. Los bienes eran en su mayoría rurales, lotes en Medellín, la casa azul de Las Palmas, un apartamento cerca de la Cuarta Brigada y la casa del barrio Los Colores”.
Páginas más adelante, el hijo dice con sorna: “Ninguno en mi familia paterna jamás trabajó por su cuenta, todos sin excepción, si aún hoy visten o se toman un café en la calle, es de cuenta de mi padre, no de ellos”.
Por eso, parece falso lo que por años han dicho los familiares de Escobar: que la fortuna terminó expropiada y en manos de los enemigos del capo. En palabras del mismo Juan Pablo, “esa gran fortuna, que él amasó, terminó sirviendo para financiar durante años a aquellos que lo buscaron para matarlo (…) no puedes negociar, te toca decir que sí a todo lo que digan. Haces lo que sea con tal de salvar tu vida”.
Además, siempre se dijo que había gran colección de arte. Por ejemplo, en la página 46 advierte que cuando Pablo y Fidel Castaño eran socios, este último hizo gran empatía con Victoria Eugenia, esposa de Escobar, por su afición por el arte. Cuenta que en una visita que Castaño hizo al penthouse del edificio Mónaco, este quedó admirado por la colección y que, según SEMANA pudo comprobar, la familia la tuvo hasta el final, pues anexo al testamento del capo aparece una larga lista de obras.
En el libro se dice que muchos de estos cuadros sirvieron para pagar deudas con la mafia, y Juan Pablo menciona que la colección contenía piezas de Salvador Dalí, Fernando Botero, Édgar Negret, Darío Morales, Enrique Grau, Francisco Antonio Cano, Alejandro Obregón, Auguste Rodin, entre otros. En la lista conocida por SEMANA hay dos esculturas de Dalí conocidas como La muerte y Niña con lazo; la escultura El abrazo, de Rodin, o un carboncillo de Botero, llamado Perro estudio.
La fortuna de Pablo Escobar, al parecer, sigue viva tantos años después; y la extinción de dominio a las propiedades que hasta el día de hoy tienen quienes estuvieron cerca de él muestra que la mafia perpetúa sus ganancias.
LISTA DE OBRAS
Estas obras hacían parte en 1980 de la colección de arte de la familia Escobar Henao.
Salvador Dalí
La muerte 199-350 / 84x36x25 / Bronce
Niña con lazo / 75x30x25 / Bronce
Auguste Rodin
El abrazo / 120x70x70 / Bronce
Fernando Botero
Mesa bodegón / 152x182x109 / BronceGordita con moño / Bronce Perro estudio / 40×30 / Carboncillo
Alejandro Obregón
Flores carnívoras / 170×175 / Acrílico sobre lienzo
Enrique Grau Araújo
Mujer con sombrero / DibujoLos jugadores / 170×120 / Óleo sobre lienzo
Francisco Antonio Cano
Jesús en la cruz / 120×119 / Óleo sobre lienzoLa batalla / 105×195 / Óleo sobre lienzoLos perros / 93×84 / Óleo sobre lienzo Niña con flores rojas
Darío Morales
Mujer en silla / 173×125 / Óleo sobre lienzoMujer en ventana / 130×197 / Óleo sobre lienzoMujer en bañera / 80×100 / Óleo sobre lienzoPintor con modelos / 10x78x64 / Escultura en bronceMujer en mecedora grande / 100x150x50 / BronceMujer en mecedora pequeña 36Mujer en bañera 40
Édgar Negret
Columna metamorfosis / 160x112x75 / AluminioLa máscara / Madera y metalLa flor roja 80 / 180x150x40 / Aluminio
Luis Caballero
Dorso de hombre desnudo / 155×131 / Dibujo sobre papelPierna de hombre / 37×47 / Dibujo sobre papelLa mitad del dorso de hombre / 48×34 / CarboncilloJesús María Zamora
La batalla / 101×151/ Óleo sobre lienzoPaisaje en verdes/ 68×54 / Óleo sobre lienzo
Ricardo Gómez Campuzano
Las vacas / 104×152 / Óleo sobre lienzoPaisaje con gallinas / 68×54 / Óleo sobre lienzo
Juan Cárdenas
Personaje en estudio / 78×78 / Óleo sobre lienzoHombre de espaldas / 80×63 / Óleo sobre lienzoFachada de casa / 83×75 / Lápiz sobre papel
Enrique Zamudio
La familia / 140×35 / Óleo sobre lienzo
Teye Cuéllar
Bodegón con flores/ 130×150 / Óleo sobre lienzo
Ricardo Acevedo
La familia campesina / 124×81 / Óleo sobre lienzo
Claudio Bravo
La ciudad / 130×80 / Óleo sobre lienzo
Delia Cugat
Perro y familia en playa / 96×143 / Óleo sobre lienzo
Ignacio Gómez Jaramillo
Jarrón con girasol / 40×55 / Óleo sobre lienzo
José Guerrero
La modelo / 60×70 / Óleo sobre lienzo
Antigüedades
Bolívar a caballo / 71x58x23 / BronceDorso de hombre / Escultura en bronceManos cruzadas / 57x40x36 / Escultura en mármolCabeza vendada / Escultura en mármolPared verde / Escultura en bronceCabeza verde vendada / EsculturaCabeza partida pequeña / Escultura.