El Teleférico de Santo Domingo solucionará un problema en el transporte aportando ahorro para los usuarios, que se evidenciará no sólo en la reducción de los pasajes, sino en el tiempo de traslación. Sin embargo, también trae consigo un tema que queda inconcluso para los residentes de Gualey, en el Distrito Nacional, quienes están a la espera de una respuesta ante el desalojo de algunas de sus viviendas.
Los ojos de Felipe Vinicio Díaz, morador del sector Gualey próximo a la estación del Teleférico, cercana a la parada Eduardo Brito del Metro de Santo Domingo, se llenaron de ilusión al ver la llegada de extraños con cámara fotográfica en manos y una grabadora.
Felipe vio una oportunidad para desahogarse. Su primera reacción fue contar sus penurias. Se acercó sin miedo, con esperanza de ser escuchado y con insistencia pedía que le tomaran fotografías a la zona para que posteriormente estas sirvieran como evidencia.
“Señores salgan, que aquí ‘ta la prensa. Vengan a denunciar, no se queden callado; no tengan miedo”, vociferaba el hombre a sus vecinos al momento de tocar las puertas de muchos hogares, a los que algunos, quizás desilusionados, respondieron: “¿Y pa’ qué, si nada pasará? “Eso es perder el tiempo”.
Cuando la mayoría escuchó el anuncio de que la prensa estaba cerca se acercaron y se aglomeraron ante el periodista y el fotógrafo narrando la situación por la que pasan.
De sus 66 años, Felipe ha dedicado 36 a vivir en esa localidad, de la cual dice está camino al progreso, «pero perjudicando a muchos». Él es uno de los tantos moradores de ese sector cuya vida ha sido cambiada desde el inicio de la construcción del Teleférico de Santo Domingo. Sin embargo, cree que la transformación no ha sido positiva, porque la comunicación no ha sido muy efectiva con las autoridades que implementan el servicio.
Todavía no hay nadie que les dé una explicación de lo que sucederá con sus familias y sus casas.
Los vecinos aseguran que sus hogares han sido desalojados por los constructores del proyecto urbano sin haber sido avisados y sin que nadie les diga cómo les van a compensar los daños y en qué tiempo.
Ya van alrededor de siete a ocho meses esperando una respuesta clara y convincente de las autoridades, pero hasta el momento sólo han sido promesas, dicen los vecinos del lugar.
Como si fuera poco, a esto se suma que los cables del Teleférico pasan muy cerca de las viviendas, casi rozando muchas de estas «y algunos cargan miles de voltios de electricidad». A sus males se agrega el corte del servicio de agua potable.
“Mira el progreso”, decían mientras mostraban aquel lugar donde todo lo que hoy existe es escombros de lo que un día fueron la mayoría de sus viviendas.
Andrés Moreno, conocido como “Chichito”, es otro de los vecinos que, junto a su esposa, teme que un día una de las paredes de su casa le caiga encima debido a que las grandes maquinarias del Teleférico trabajan muy cerca de su hogar.
Para Andrés es un abuso de poder la forma como se pretende desalojar de sus viviendas a los lugareños, sin darle nada a cambio en lo inmediato. “Aquí lo que hay es mucho abuso de poder. Se está queriendo desalojar, tumbar nuestras casas sin decirle a nadie para que la gente se vaya sin tener que darle un solo centavo”, dijo.
“Nada más se habla de la modernización del Teleférico, pero no se habla de lo que la gente ha sufrido”, lamenta uno de los vecinos al tiempo de informar que a una familia que vive justo debajo de esa estación en Gualey, le ofrecieron RD$300,000 para que desaloje su vivienda, cantidad que hasta el momento no ha sido entregada.
La otra cara de la moneda
La instalación de las cuatro estaciones y 36 torres del Teleférico de Santo Domingo es una realidad. De acuerdo con un trabajador del proyecto, la construcción de la obra está “bastante avanzada” y en la estación dos del tramo I, ubicada en Los Tres Brazos, que era una de las que presentaba atrasos, ya se están viendo resultados positivos.
A pesar de que todavía la obra no está en funcionamiento sin lugar a dudas despierta la curiosidad entre quienes desde ya muestran “la fiebre” de montarse en el nuevo sistema de transporte.
Durante un recorrido, realizado por Listín Diario por las cuatro estaciones del Teleférico, se observaron hombres trabajando en cada una de las estaciones.
Algunas personas calificaban el proyecto como un adelanto que favorecerá la comunicación vial entre la zona de Sabana Perdida, ubicada en la zona norte de la Capital dominicana con otros municipios; otros consideraban que la obra beneficiará el flujo económico con la creación de nuevos negocios.
Alexander Moreyo, un joven que se dedica al transporte de personas en motocicletas en las cercanías de la estación ubicada en la avenida Charles De Gaulle, afirma que el Teleférico presenta un progreso que hará una gran transformación y regulará el tránsito. Al igual que él, habitantes de Los Cerros de Sabana Perdida dijeron esperar ansiosos que el proyecto termine para hacer uso de él.
En cambio, algunos residentes de Los Tres Brazos ven la obra con pesimismo al asegurar que les convendría más la terminación de la línea 2B del Metro de Santo Domingo, ya que en sus juicios esto sería una mejor solución al problema vial que tienen.