El presidente ruso, Vladímir Putin, en uno de los momentos más bajos de sus relaciones con Occidente, fue reelegido ayer para un cuarto mandato al frente del Kremlin con un apoyo histórico desde que llegó al cargo en el 2000.
«Rusia está condenada al éxito. Debemos mantener la unidad», dijo el mandatario ante varios miles de personas congregadas en la plaza del Manezh, frente al Kremlin, donde agradeció el apoyo recibido en unas elecciones en las que no pudo participar su principal rival, el líder opositor Alexéi Navalni, inhabilitado por las autoridades judiciales.
«Vosotros sois nuestro equipo común, yo soy un miembro de vuestro equipo y todos los que han votado hoy son nuestro gran equipo nacional», continuó diciendo Putin a la gente que le aclamaba y gritaba «Rusia, Rusia», a pesar de que el termómetro marcaba una temperatura de 12 grados bajo cero indicó el Listín Diario.
Con el 50 % de los votos escrutados, Putin obtuvo un 75,01 % de los sufragios, un porcentaje incluso superior al que le otorgaban las encuestas preelectorales.
De este modo, el mandatario, de 65 años, en 2024 habrá estado manejando el timón del país más grande del mundo ininterrumpidamente durante casi un cuarto de siglo, excepto los cuatro años que fue primer ministro.
Aunque la victoria de Putin se daba absolutamente por descontada, el apoyo recibido es el mayor de su historia y muy superior al 63,60 % que obtuvo en las últimas elecciones de 2012.
También superaría a su mejor resultado hasta ahora, el 71,31 % que obtuvo en las elecciones presidenciales de 2004.
La popularidad de Putin, lejos de resentirse los últimos años por los problemas económicos y sociales y las sanciones occidentales, ha ido en aumento alimentada por la anexión de Crimea y el choque con Estados Unidos y la Unión Europea en torno a crisis como las de Ucrania, Siria o la supuesta injerencia rusa en procesos electorales