Una madre de 20 años y su hijo de cuatro años, dominicanos, están ingresados y recibiendo tratamiento en el hospital Vinicio Calventi, de Los Alcarrizos, al presentar síntomas sospechosos de difteria, enfermedad que provocó la muerte de un niño haitiano de cuatro años el pasado domingo en ese hospital, donde fue ingresado dos días antes, luego de haber llegado desde Haití con la bacteria.
Ambos pacientes se encuentran estables, y ante la alerta emitida al respecto, están siendo tratados con el protocolo de atención establecido en el manejo de esa enfermedad, que incluyen antibióticos, mientras se esperan los resultados de laboratorio que confirmen o descarten la difteria, de acuerdo a informaciones obtenidas de fuentes de entero crédito.
Ambos pacientes llegaron al hospital el lunes pasado con fiebre y placas en la garganta, entre otras características que hacen a los médicos sospechar de difteria.
Viven en el sector de Los Alcarrizos, pero no en el mismo barrio donde estuvo alojado el niño que falleció señaló el Listín Diario.
Desde su llegada al centro la madre dio varios nombres distintos del lugar donde vive, entre ellos Barrio Lindo, Caballón, pero ha trascendido que es en la comunidad de Palavé.
Mientras, de manera masiva han estado recibiendo los puestos fijos de vacunación establecidos en el país, personas de diferentes edades en demanda de ser vacunados contra la difteria, ante el pánico que ha generado en la población la muerte de un niño de cuatro años con diagnóstico clínico de difteria, que llegó al país con la enfermedad desde Haití, donde actualmente se registra un brote.
Puestos de vacunación
Desde tempranas horas de la mañana de ayer empezaron a formarse largas filas en los puestos fijos de vacunación que mantiene de manera permanente el Ministerio de Salud en diferentes establecimientos a nivel nacional. En algunos casos la demanda de personas ha desbordado la capacidad del puesto viéndose obligados a habilitar otro adicional, como es el caso del hospital Santo Socorro ubicado en el Ensanche La Fe.
El hospital Vinicio Calventi de Los Alcarrizos, que es el centro donde ocurrió la defunción del niño que llegó con la bacteria desde Haití, la cantidad de personas en demanda de vacunación era inmensa. Imágenes similares eran comunes en el hospital de Mata Hambre; en el Centro Sanitario de la calle Galván esquina Francia; en el hospital Marcelino Vélez Santana, de Herrera, y en la misma sede del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI).
En los hospitales además del puesto de vacunación abierto a la población, se procedió a establecer uno interno para la inmunización de su personal. Además el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape) dio inicio al proceso de vacunación en los centros de atención a personas mayores y el personal de salud que labora en ellos.
La demanda de vacuna se incrementó luego de que el Ministerio de Salud emitiera una alerta epidemiológica dirigida a tomar medidas de prevención, En algunos centros en pocas horas se agotó la cantidad de dosis existentes, por lo que tenían que hacer nuevos pedidos al Programa Ampliado de Inmunización (PAI).
MUCHAS PERSONAS DICEN ESTÁN ATEMORIZADAS
Pasadas las 7:30 de la noche, el hospital de Mata Hambre continuaba repleto de pacientes en busca de vacunas en contra de la difteria.
El personal asignado dijo que tienen vacunas suficientes y que hoy trabajarán hasta que haya pacientes.
La enfermera del centro de salud, Sonia Suárez, informó que para hacer frente a la demanda de ayer, habilitaron el área que ocupa la sala de espera, pues cuando iniciaron las labores en hora de la mañana, la fila para entrar al centro de vacunación se prolongó en las aceras. “Nosotros perdimos la cuenta de la cantidad de personas que ha venido a vacunarse.
Hemos realizado un trabajo intenso y mañana esperamos que la situación sea similar. Estamos preparados para recibir a los pacientes que lleguen hoy, dijo Suárez.
Las personas entrevistadas en el lugar manifestaron que están muy atemorizados por la amenaza de la enfermedad, porque es mortal.
La tarde de ayer decenas de padres cargaban a sus bebés en brazos, mientras otros los llevaban de las manos en el área de vacuna pediátrica, mientras el espacio para adultos la fila era larga.
En el caso del hospital Robert Reid Cabral las vacunas se agotaron en tres ocasiones, porque la demanda se incrementó de un momento a otro. En este centro centro de salud infantil, fueron habitadas tres áreas más, para poder dar a basto.