El papa Francisco pidió el domingo en su tradicional mensaje Urbi et Orbi el fin del «exterminio» en Siria, abogó por la «reconciliación» en Tierra Santa y una salida «justa, pacífica y humana» en Venezuela.
Francisco improvisó una homilía para la misa de Pascua en la plaza San Pedro, el momento litúrgico más importante de la tradición cristiana que conmemora la resurrección de Cristo
Después, tras saludar a bordo del papamóvil a las 80.000 personas reunidas en la plaza de San Pedro, hizo su tradicional mensaje de Pascua y su bendición Urbi et Orbi (a la ciudad de Roma y al resto del mundo).
En su mensaje deseó que el mundo obtenga «los frutos de la paz» y recordó varios de los conflictos que vive el planeta.
En particular pidió el fin del «exterminio» en Siria y abogó por la «reconciliación para Tierra Santa», refiriéndose a los mortíferos choques del viernes en la frontera entre Israel y Gaza.
«Invocamos frutos de reconciliación para Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos», agregó.
Francisco también se refirió a Venezuela, para quien deseó una salida «justa, pacífica y humana» a la crisis política y humanitaria.
«Suplicamos frutos de consolación para el pueblo venezolano, el cual -como han escrito sus Pastores- vive en una especie de ‘tierra extranjera’ en su propio país», afirmó el pontífice argentino.
Y deseó que «por la fuerza de la resurrección del Señor Jesús, encuentre la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime, y no falten la acogida y asistencia a cuantos entre sus hijos están obligados a abandonar su patria».
– «Sabiduría» en la península coreana –
En cuanto a la situación en la península coreana, que vive un proceso de distensión tras dos años de escalada a raíz de los ensayos nucleares y balísticos de Corea del Norte, el papa pidió «sabiduría».
«Que los que tienen responsabilidades directas actúen con sabiduría y discernimiento para promover el bien del pueblo coreano y para generar confianza en la comunidad internacional», llamó el papa.
Tampoco olvidó el continente africano, «atormentado por el hambre, los conflictos endémicos y el terrorismo», y pidió paz para Sudán del Sur y la República Democrática del Congo, dos de los países del continente más castigados por el conflicto.
Francisco recordó que Pascua debería ser un símbolo de esperanza «allí donde hay misera y exclusión, allí donde hay hambre o falta el trabajo», y se refirió a los refugiados, «tantas veces rechazados por la cultura actual del rechazo».
El sábado por la noche Francisco presidió la vigilia pascual en la basílica de San Pedro y pidió a los fieles que rompan el silencio «sobre la injusticias que viven en sus carnes tantos de nuestros hermanos».
También bautizó a a ocho personas, entre ellas un nigeriano de 31 años que se dio a conocer en septiembre cuando evitó que un hombre armado atracara un supermercado en Roma.
Fieles y turistas tuvieron que hacer largas colas este domingo para acceder a la plaza de San Pedro por las medidas de seguridad, que incluyen detectores de metales.
Las autoridades italianas consideran Pascua como un periodo de alto riesgo para la capital italiana.