Por Cándida Figuereo Figueroa. El Día Nacional del Periodista es oportuno para reflexionar sobre la tarea diaria de informar a la población de lo que acontece, sustentado en la realidad, sin ser maleados por prebendas que provoquen entuertos entre luces y sombras.
Este oficio, más que ningún otro, tiene la misión de velar para que las luces sean mayores que las sobras principalmente para todos aquellos que no tienen la facultad de defenderse ante cualquier ignominia.
Las tentaciones y las ofertas siempre estarán a la orden del día para que omita situaciones que deben salir a la a luz. Es justo el momento para que decida la misión fundamentar de este oficio que no debe ser maleado bajo ninguna circunstancia y siempre sustentado en los hechos.
Es obvio que no se puede estar con Dios y con el otro al mismo tiempo. Justo en ese momento tendrás la oportunidad de decidir si ser un profesional sin ninguna atadura en cuanto a su quehacer de informar, o un don nadie que vale menos que una guayaba podrida.
No es fácil ser periodista. Las tentaciones siempre andarán tras de usted. Simplemente échelas al zafacón porque su labor en beneficio de la población no hay dinero que pueda pagarla, salvo que usted desee que le vean como un “Don Nadie”, una “basura más”.
Periodista, como ha sido lo común, elijes siempre las luces, jamás la sombra. No permitas que desacrediten su valía. Que esté entre luces y sombras depende en cierta medida de tu labor. Pa,lante. Eres él y la mejor. FE LI CI DA DES.