Desde algún lugar de la sierra de Sinaloa, Rafael Caro Quintero asegura que ya no es parte del narcotráfico, que las autoridades estadunidenses y mexicanas mienten al señalarlo como responsable del tráfico de drogas sintéticas a Estados Unidos y que lo único que quiere es que lo dejen en paz.
«Lo que me queda de vida, quiero vivirlo en paz… Todos nosotros, creo, merecemos una segunda oportunidad«, dijo Caro Quintero a la periodista Anabel Hernández, quien viajó a Sinaloa para entrevistar al «Príncipe», como llaman a este capo de las drogas en México, quien fue detenido en 1987 y liberado en 2013 por orden de un tribunal federal que hizo válido un amparo a su favor.
Desde entonces vive a salto de mata, contó: «A donde llego me dan de comer y batallándole mucho porque no traigo dinero». Aseguró que «todo lo que hago es huir, por algo para lo que ya cumplí mi condena«.
Todo lo que hago es huir, por algo para lo que ya cumplí mi condena.
Señala Infobae que en realidad, cuando obtuvo su libertad, a Caro Quintero le faltaban 12 años de cárcel para cumplir una condena de 40 por el asesinato de Enrique «Kiki» Camarena, un agente de la DEA que investigaba las operaciones del entonces cártel de Guadalajara (antecedente del cártel de Sinaloa) que Caro Quintero encabezaba junto con Ernesto Fonseca, «Don Neto».
Las autoridades mexicanas de inmediato giraron una orden de reaprehensión en su contra, mientras el gobierno de Estado Unidos ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por información sobre su paradero y la DEA lo colocó como uno de los tres narcotraficantes más buscados.
«El Príncipe», también conocido en su momento como el «narco de narcos», se ha retractado de haberse declarado culpable de asesinar a «Kiki» Camarena. Admite que en el pasado traficó marihuana, pero rechaza las acusaciones que lo señalan como responsable de dirigir el tráfico de cocaína, metanfetamina y heroína a Estados Unidos.
«Ya lo he dejado muy claro. No soy traficante de drogas. Nunca he movido heroína. Nunca he traficado con anfetaminas. No he traído un solo gramo de cocaína de Colombia, contrario a lo que dice la DEA. Lo que vendí fue marihuana en México, hace 33 años. Quien diga lo contrario, ¡repito que está mintiendo!», afirma Caro Quintero.
A sus 65 años, las autoridades de Estados Unidos todavía le confieren el poder de dirigir el Cártel de Sinaloa, junto con Ismael El Mayo Zambada.
Él lo rechaza. «Mira, yo no soy el líder de ningún cártel», le dice a la periodista, quien viajo durante más de 5 horas, desde el puerto turístico Mazatlán, Sinaloa, para reunirse con el capo para su entrevista que publicó Huffpost.
Caro Quintero, sin embargo, admite que al salir libre sí tuvo alguna reunión con Joaquín «El Chapo» Guzmán y «El Mayo» Zambada. «Nos conocemos desde hace muchos años, al igual que conocía a Zambada», comentó. «Tengo mi respeto por ellos y eso es todo. No he hecho ningún negocio con ellos. Y ahora que soy libre, no quiero tener nada que ver con las drogas«, asegura.
Pero hay testigos que dicen lo contrario. Entre ellos, su primo Sajid Emilio Quintero Navidad, conocido como «El Cadete», quien se entregó a las autoridades estadounidenses y el pasado 25 de enero se declaró culpable de tráfico de drogas y lavado de dinero. Esto sugiere, dice la periodista, que Sajid llegó a un acuerdo con la fiscalía que incluiría ofrecer información sobre Caro Quintero.
«Si es Sajid quien me acusa, Sajid está mintiendo. ¡Y si dicen que soy uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, eso también es una mentira!«, afirma Quintero.
Las autoridades estadounidenses lo afirman, pero Mike Vigil, un ex jefe de operaciones de la DEA en México, citado por la periodista, dice que es «ridículo» afirmar que Caro Quintero ha tomado el liderazgo del Cártel de Sinaloa.
«Está metido en su caparazón», dice Vigil sobre Caro Quintero. «En estos momentos, no tenemos ninguna información de que realmente esté trabajando con nadie. Creo que sólo quiere evitar que lo arresten de nuevo, probablemente en las montañas de Sinaloa, donde sabe que es más difícil atraparlo», agregó.
El capo lo aseguró: «Bueno, no he vuelto a las drogas ni voy a hacerlo nunca. Quienquiera que diga eso está mintiendo. ¡Sajid o quien sea que esté diciendo esto a la DEA está mintiendo!»
Por eso pide a la DEA y al gobierno mexicano que sean más cautelosos en sus investigaciones. «Si pueden probar que es realmente cierto, me entregaré, pero no me entregaré para convertirme en informante«.
«El Príncipe» está seguro de que su persecución está motivada por la venganza. «Las autoridades estadounidenses y mexicanas están motivadas por una venganza dirigidas al lugar equivocado», afirmó.
Las autoridades estadounidenses y mexicanas están motivadas por una venganza dirigidas al lugar equivocado
Caro Quintero le dijo a la periodista que pasó casi tres décadas en prisión por un crimen que no cometió, y que si bien traficó marihuana, no lo hizo con drogas más duras. Además, desde que fue liberado no ha estado involucrado en el narcotráfico, de modo que, según él, se ha hecho justicia más que ampliamente.
«Mire, lo que quiero es que la gente me deje en paz. Lo que me queda de vida, quiero vivirlo en paz… Todos nosotros, creo, merecemos una segunda oportunidad», deice Rafael Caro Quintero, a sus 65 años, desde su guarida.