El líder Corea del Norte, Kim Jong-un, parece haber tenido un cambio de imagen ante los medios.

Está previsto que esta semana Kim Jong-un se reúna con su homólogo de Corea del Sur, Moon Jae-in, para la primera cumbre intercoreana en más de una década.



En los próximos meses, el líder norcoreano tiene planeado reunirse con Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

Rumbo a estos encuentros, los medios estatales de Corea del Norte están suavizando su retórica tradicionalmente hostil y ahora presentan a su líder como un hombre más cálido.



Ya no se le ve con un cigarrillo en la mano y su esposa, Ri Sol-ju, parece tener un rol más activo en un régimen tradicionalmente dominado por hombres. Ahora se refieren a ella como la «primera dama».

Además, tal vez en un intento por mostrar la sinceridad del Norte con miras a las conversaciones de paz de la próxima semana, los misiles nucleares prácticamente desaparecieron de las pantallas de televisión del país.

Un hombre de familia
El diario surcoreano Dong-A Ilbo notó esta semana que, desde hace un tiempo, Kim no ha vuelto a ser visto en público con un cigarrillo. Según ellos, esto podría ser parte de una estrategia para suavizar su imagen.

Conocido por ser un gran fumador, fue fotografiado por última vez fumando a principios de febrero, mientras tomaba un autobús a la medianoche en Pyongyang.

Ahora las fotos de los periódicos lo muestran sin cigarrillo, y ya no le ponen ceniceros en los actos oficiales.

También se han producido cambios sutiles en la forma en que se le muestra en televisión.

Señala BBC que las imágenes de archivo del líder norcoreano asistiendo a eventos militares o agrícolas son muy comunes en la televisión de Corea del Norte. Sin embargo, se ha visto un aumento de las imágenes de Kim visitando niños, un método probado de proyectar al líder como padre de una nación.

La primera dama
También ha salido a relucir su esposa. El primer compromiso estatal que tuvo a su cargo por sí sola fue acompañar a un enviado chino al balle.

Este hecho le valió los títulos de «primera dama de Corea del Norte» por primera vez en televisión y en medios impresos.

En apariciones previas, había sido relegada a un segundo plano y simplemente se le llamaba «su esposa», pero esta semana la televisión estatal la convirtió en el centro de atención.

Esto marcó la primera vez en 45 años que una primera dama de Corea del Norte ha tomado el protagonismo de esa manera.

No más insultos
Los gobiernos extranjeros y los observadores de Corea se han acostumbrado a la forma en que insulta a sus enemigos.

Al presidente Trump, Kim Jong-un lo llamó «viejo senil» y a la expresidenta surcoreana, Park Geun-hye, «vieja bruja y una prostituta».

Pero ahora sus insultos dirigidos a los líderes del sur han desaparecido en gran parte, y los medios han reservado sus críticas para aquellos que se oponen al proceso de paz intercoreano.

Esta semana, el periódico norcoreano Minju Choson llamó «insensatos» y «personas mentalmente trastornadas» a los miembros del Partido Libertad de Corea por cuestionar los motivos de Pyongyang para buscar la paz.

También en la línea de fuego está el gobierno de Japón.

El periódico afirma que el primer ministro Shinzo Abe está tratando de relanzar el «expansionismo militar imperial» japonés. Lo llama «verdaderamente lamentable» y a su gobierno lo describe como «astuto reaccionario japonés».

¿A dónde se fueron todos lo misiles?
Cuando Corea del Norte celebró un desfile militar el 8 de febrero, un día antes de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Corea del Sur, el hecho fue visto como un revés para las relaciones a lo largo de la península.

Pero desde entonces los misiles, un elemento distintivo en las pantallas de televisión de Corea del Norte durante 2017, han desaparecido en gran medida de los medios de comunicación.

Eso no quiere decir que el despliegue militar haya desaparecido por completo de las pantallas de la nación. La vida en Corea del Norte gira en torno a una política donde los militares son los primeros en todas las cosas en el país.

Esto significa que un uniforme militar frecuentemente aparece en la televisión, pero las secuencias de acción han dado paso a una oleada de programación de entretenimiento.

Si bien la habitual dosis comunista de canciones patrióticas, conciertos de bandas, fábricas y trabajadores agrícolas todavía está allí, todas esas explosiones y rugientes aviones de combate han sido reemplazados por un aumento en los programas de arte y un énfasis en la juventud.

Los medios de comunicación y los periódicos en Corea del Norte están bajo control estatal, y la televisión central es el único medio de información para muchos ciudadanos.

Aún no se sabe si estos cambios serán permanentes o temporales, pero está claro que Pyongyang está preparando a su gente para lo que estas semanas vitales puedan traer.