Que Gareth Bale no atraviesa su mejor momento en el Real Madrid no es, a estas alturas, noticia alguna. El galés, que nunca ha logrado adaptarse por completo desde que aterrizara en España en 2013, vive esta temporada la más gris de las que ha disputado con la camiseta blanca.

Aparte de las lesiones -sobrepasa la veintena desde que llegó al Madrid-, se observa en Bale un problema para terminar de romper el cascarón del todo y ser el brillante jugador que asombró al mundo en el Tottenham.



Esta semana, con el Madrid jugándose el pase a la final de Champions ante su máximo rival europeo, el Bayern, Bale vio el partido desde el banquillo. Y, sin embargo, apunta a titular el sábado en el intrascendente partido de Liga, con todo decidido, ante el Leganés.

Señala n un encuentro en el que Zidane hará rotaciones por estar tan próxima la vuelta de Champions y el ansiado billete a Kiev. Se espera que hombres como Vallejo, Kovacic y Llorente asuman el peso de la titularidad y pocos dudan de que el ‘expreso de Cardiff’ estará enter ellos: ya es un miembro más de la famosa ‘unidad B’.



El altísimo nivel de Isco, el talento y la capacidad resolutiva de Asensio, y la incansable lucha de Lucas les ha colocado por encima de un futbolista que, cuando ha estado bien, ha enamorado, pero cuyos grandes recuerdos de blanco se antojan ya lejanos y se conservan en la memoria como episodios puntuales.

Es, cuanto menos, llamativo que un puesto tan suculento se lo jueguen entre cuatro hombres de tamaño nivel -evidentemente, la calidad de Bale es incuestionable-. No ocurre en ningún club de élite del mundo. Pero de igual manera sorprende que sea el galés el que menos papeletas tiene para vestirse de corto de inicio en los partidos más relevantes.

Las estadísticas no le dejan en buen lugar.

La única estadística que pone algo de color a la temporada de Bale es la de los once goles que ha logrado en Liga esta temporada. Sin embargo, 9 de ellos fueron en goleadas. Sus dos tantos ante el Celta en la jornada 18 lograron salvar un punto en Balaídos, el mayor logro de Bale este año.

En cuanto a la Champions, el galés sólo logró un gol en la fase de grupos en Dortmund. La última lesión le hizo perderse casi la totalidad de los primeros partidos y regresó para el choque de octavos ante el PSG, donde no marcó.

En el crucial partido en el Juventus Stadium no disputó un solo minuto, y fue sustituido al descanso en la vuelta tras un 0-2 en contra que asustaba al Bernabéu. Ante el Bayern, fueron Isco y Lucas los titulares mientras Bale y Benzema observaban desde el banquillo. El ‘9’ disputó unos minutos pero el galés tuvo que ver cómo Asensio era el revulsivo elegido para ir a por el partido.

Un jugador de la calidad de Gareth Bale no debe quedarse fuera de los partidos importantes, pero su rendimiento y su adaptación le han condendado a la suplencia: el expreso de Cardiff ha sido adelantado por la izquierda por tres jovenes talentos que han instaurado la meritocracia en el equipo de Zidane.