Las redes sociales de Mark Zuckerberg ya están actualizando sus reglas de uso para adaptarse al nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la UE (GDPR, por sus siglas en inglés), que entrará en vigor el próximo 25 de mayo. Sin embargo, pese al cambio de ciertos aspectos, WhatsApp, Instagram y Facebook siguen ofreciendo explicaciones a medias.
El diario El Confidencial aclara los puntos más llamativos de las nuevas condiciones de las tres plataformas con la ayuda del jurista especializado en privacidad y protección de datos Samuel Parra, que llega a una conclusión tajante: «hay mucho más palabreo, pero yo me he quedado igual que antes».
WhatsApp
El popular servicio de mensajería busca ganarse más la confianza de los usuarios con sus nuevos términos de uso, aunque ya desde el principio del texto incumple una de las normas básicas del GDPR, que exige que el texto esté traducido al idioma del usuario. Según Parra, aunque tienen hasta el 25 de mayo para hacer correcciones, «no es una buena forma de empezar».
El primer cambio importante de los términos de WhatsApp es que especifica de una forma más clara los datos que comparte con Facebook. Aún así, la transparencia del texto es muy relativa, sostiene Parra, ya que, mientras hay puntos «detallados al milímetro», otros (como el de las bases legales para procesar la información), están redactados con «textos que no se entienden» y tienen «enlaces falsos».
En segundo lugar, WhatsApp, al igual que Facebook, ha anunciado que eleva a 16 años la edad mínima de acceso para sus usuarios, si bien no explica en ningún momento cómo asegurará el cumplimiento de la nueva norma.
A juicio de Parra, se trata de un «buen ejemplo» de cómo están funcionando la mayoría de las compañías a la hora de adaptarse al GDPR: «cumplen con las formalidades que les obliga la nueva ley, pero, en realidad, los cambios son muy superficiales». En este caso, deberían, por ejemplo, pedir el DNI para saber la edad de la persona, «pero no lo harán porque perderían miles de usuarios», señala.
Por último, la actualización no explica cómo se usarán los datos en relación con empresas que no pertenezcan a Facebook. Además, aunque WhatsApp ha prometido que pronto podremos descargar toda la información que recopila sobre nosotros, no desvela cuándo lanzará esta función, siendo que lo haga después de que tengamos que aceptar los nuevos términos.
Instagram
En el caso de Instagram lo primero que llama la atención es el alcance de recopilación de datos por parte de la plataforma, que admite registrar hasta cómo nos desplazamos por la pantalla. Aunque justifica este almacenamiento con la necesidad de luchar contra los ‘bots’ y los fraudes, en realidad son datos muy valiosos para mejorar sus servicios
Tambié resulta llamativo lo poco que se mencionan los Instagram Stories en los nuevos términos. Mientras tanto, fuentes jurídicas consultadas por el diario consideran que el servicio debería explicar con más detalle cómo almacenan los datos obtenidos de un apartado tan importante.
Finalmente, la actualización no da al usuario ninguna opción para gestionar los datos que cede a la plataforma. Básicamente, la elección es entre aceptar las nuevas condiciones o cerrar la cuenta.
Facebook
En cuanto al propio Facebook, el artículo resalta que, aunque sí hay opciones para administrar la cesión de datos, están al final del texto y apenas son detectables, de forma que todo parece preparado para que demos a ‘aceptar y continuar’ sin pensárnoslo dos veces.
Por otro lado, si bien podemos evitar que la plataforma utilice la información recopilada a través de terceros para personalizar los anuncios, no podemos impedir que estos datos se almacenen.
La última trampa está en el permiso para el uso de reconocimiento facial: aunque por defecto está opción está desactivada, si después de leer las explicaciones de Facebook pulsamos en el botón de continuar, se activa directamente.
En definitiva, si bien hay cambios y «algo más de claridad», todo apunta a que la nueva ley europea no conseguirá que las redes de Zuckerberg «cambien sus fundamentos», concluye el artículo.