Los Golden State Warriors derrotaron anoche 119-106 a los Rockets en Houston y se adelantaron 1-0 en la final de la Conferencia Oeste de la NBA.
Los vigentes campeones, gracias a una magistral actuación de Kevin Durant y a un espectacular tercer cuarto, lograron la primera victoria lejos de su feudo, poniendo ahora toda la presión sobre los texanos.
«He intentado ser agresivo, anotar, aprovechar los cambios de emparejamiento e intentar crear algo. Soy mejor cuando hago eso», dijo Durant tras la contienda.
Los Rockets, el mejor equipo de la liga en temporada regular, perdieron de esta forma la ventaja de campo en la primera final de conferencia en la carrera de Chris Paul.
«Perdimos un poco de fuelle en diferentes momentos y ellos no lo hicieron. Fueron un montón de cosas que tenemos que mejorar y lo haremos. Saldremos al ataque y a por ellos el miércoles», valoró el técnico local, Mike D’Antoni.
Y eso que arrancaron de la manera soñada, con un parcial de 9-2, con los nueve tantos de su máxima figura, James Harden.
Los de Steve Kerr, por su parte, formaron con su ‘quinteto de la muerte’, con Stephen Curry, Klay Thompson, Andre Iguodala, Kevin Durant y Draymond Green, pero se vieron sorprendidos por el acierto anotador de los locales en el inicio del choque.
Sin embargo, poco a poco se fueron acercando. Curry iba creciendo y Durant resultaba imparable, para marcharse solo uno abajo al final del primer cuarto (30-29).
Durant y Harden, con 13 y 12 puntos respectivamente, dejaban claro que las aspiraciones de ambas escuadras iban a depender en gran medida de sus actuaciones.
Así, Golden State tomó ventaja por primera vez a mediados del segundo periodo (35-33), en el que la igualdad fue absoluta, con marcador de 56-56 al descanso.
Durant (17), Thompson (12) y Curry (9) se combinaban para 38 puntos mientras la pareja estrella local, con Harden (24) y Paul (11), se marchaba con 35.
– Una apisonadora –
Pero en el tercer cuarto todo cambió. Trevor Ariza cometió su quinta falta y Durant elevó aún más su juego, con 13 unidades en esos 12 minutos. Nadie fue capaz de pararlo. D’Antoni le lanzó a varios defensores pero el ex de Oklahoma se impuso a todos ellos, en una demostración de que perder la concentración durante unos segundos ante estos Warriors es definitivo.
Golden State firmaba entonces un acierto superior al 60% en el lanzamiento, una cifra irremontable, sobre todo si enfrente sus rivales anotan solo dos puntos en casi cinco minutos.
Aún así, los Rockets lograron sellar un parcial de 8-0 para acabar el período ‘únicamente’ siete abajo (31-24).
Con Durant y Curry en el banco, Klay fue el encargado de dirigir la ofensiva de los suyos, demostrando que está capacitado para liderar a los Warriors cuando éstos lo necesitan.
Con varios triples, logró incluso ampliar la renta de los visitantes hasta las 13 unidades, la máxima hasta ese momento.
«Es un gran comienzo. Jugamos bien. Tenemos muchos jugadores que han estado en esta liga desde hace tiempo, hemos estado en cada situación», apuntó Thompson.
A partir de ahí, Golden State fue capaz de conservar su ventaja y de sumar el primer triunfo de una serie con aroma a final anticipada entre dos de los mejores ataques de la historia de la competición.
Durant finalizó con 37 puntos, Klay Thompson con 28 y Curry con 18, mientras que por los Rockets Harden lo hizo con 41 y Paul con 23 pero solo Eric Gordon desde el banco, con 15, los acompañó.
El segundo juego se disputará el miércoles, de nuevo en Houston.