Dicen que para encontrar a tu príncipe azul, primero tienes que besar a muchos sapos. Pero eso no es cierto, no tienes que besarlos, ¡más bien tienes que evitarlos!
Quiero presentarte tres especies de sapos a los que nunca te debes acercar.
El sapo “Bad Boy”:
Esta es una de las especies que puedes reconocer a primera vista porque se preocupa por lucir impecable, es súper carismático y tiene una labia impresionante: “Qué guapa eres. Jamás había conocido a una mujer tan hermosa. Tu sensualidad me enloquece”. Las conversaciones de este mujeriego tienen muchas insinuaciones sexuales, pues su fin no es una relación seria, sino que seas una más en su lista de conquistas.
El sapo controlador:
Es posesivo y quiere controlarlo todo: investiga cuántas millas recorriste en tu auto, con quién hablas en el teléfono, si te ve conversando con hombres le dan celos. Este sapo no te da tu espacio. ¡Ojo! Mientras más tiempo pases con él, más difícil será dejarlo porque la dinámica entre ambos se convierte en una relación adictiva.
El sapo herido:
La última relación que tuvo este sapito lo dejó con el corazón hecho pedazos y por eso tiene miedo a enamorarse nuevamente. Al principio hará todo lo posible por conquistarte. Pero una vez lo consigue, su amor se estanca y no crece porque le da terror abrir su corazón.
Tu príncipe azul esta deseoso de conocerte, pero mientras pierdas tiempo con estos sapos, se le hará difícil encontrarte. La próxima vez que se te acerque uno de ellos, ¡aléjate!, pues lo único que lograrás en contagiarte de sus verrugas.