Por Rafael Álvarez de los Santos. En estos días hemos vivido un caso que es propio del fenómeno que he llamado Sociedad de la Nada y es el hecho de que el país ha durado varios días hablando de lo mismo, de la entrevista a una joven que reveló su vida íntima y la de otras en un programa radial.
Su desenfreno ha sido caldo de cultivo de todo tipo de profesionales, pero creo que el problema en sí no es ella, es la sociedad. Una sociedad en donde la reputación de la mujer es noticia, en donde lo que haga el hombre se aplaude a diario. ¿Hubiese sido la misma reacción si un hombre dijera se acuesta con mujeres casadas a que una mujer se acuesta con hombres casados?
Es esa misma sociedad que denigra y estigmatiza a la mujer la que hoy ha levantado sus portentos y enfilados sus cañones, una sociedad que ha aprendido a amar el machismo y a convivir con él. Y no se piense que estoy defendiendo ni justificando a la joven, es solo que pienso que no debería ser noticia el que una joven diga que le gusta estar con hombres por dinero, que le gustan los lujos, que no tiene problemas con que sus novios sean casados o no ¿acaso no es algo que se vive a diario? ¿merecía esa entrevista tanto nivel de atención? pero repito, el problema es esta sociedad en donde lo único que importa es el lucro, la ostentación y hasta el boato.
Es esta sociedad en donde queremos tener riquezas sin trabajo y sin esfuerzo y para ello cada quien acude al recurso que tenga. Es esta sociedad en donde lo que importa es la vanidad, los vehículos de lujos, los apartamentos caros y la vida fácil.
Pero llegar a ese nivel de vida no es tan fácil. Hay quienes lo consiguen desde la política, otros vendiendo su cuerpo. Si la prostitución fuera ejercida mayoritariamente por hombres de seguro no sería tan cuestionada porque si hay mujeres que venden su cuerpo es porque hay hombres que lo compran, si hay mujeres que les gustan los regalos caros, las ropas de marcas y los lujos es porque hay hombres prestos a brindarlos.
Entonces ¿por qué solamente juzgar a la mujer? ella también es víctima de un sistema del que posiblemente ni siquiera sea consciente porque en el mundo que ella vive eso es normal y se ve como normal. Claro está, corresponde a cada madre y padre aconsejar a sus hijas e hijos de que eso no está bien, pero según ella misma también su madre le aconseja que haga lo que hace de manera que aquí también hay otro fallo.
Lo que ahí se dijo moralmente no está bien, pero ese es un estilo de vida tan socorrido en el día de hoy que a mí me parece que si algún día la Sociedad de la Nada dejara de existir posiblemente hayan personas que mueran de aburrimiento y de bostezo. El problema no es ella, es la sociedad.
Fuente Acento.com.do